martes, enero 19, 2010

(El monstruo entra por el MSN)



En algún momento de una tarde no tan fría, dos extraños de los cuales sólo uno sabe que lo son, tienen esta conversación por conocido mensajero instantáneo:

Worst mistake ever says:
mañana pasaré por tu oficina
Elphie says:
¿sí?
Elphie says:
¿y eso?
Worst mistake ever says:
a una cita a CU
Elphie say:
ahhh

(fin de la conversación en mensajero)

Subtexto:

Worst mistake ever thinks:
Claro que entenderá el mensaje. Si le digo que paso por su oficina es obvio que insinúo que sería una buena oportunidad para comer juntos, volver a vernos después de tantos meses y ponernos al corriente. Seguro que cuando se lo diga, ella lo propondrá sin necesidad de ser yo el que se humille pidiéndole una cita . Tal vez me haga un poco del rogar y le diga que no sé si sea buena idea vernos otra vez, pero terminaré "cediendo". Si accedió a tenerme en sus contactos es porque aún piensa en mí, estoy seguro de que me sigue amando.

Elphie thinks:
¿Mmm...Papas? ¿Qué te piensas que estás insinuando? No puedo, ni quiero, ni en mis peores pesadillas contemplo volver a verte. No sigues en mi vida, te fuiste hace tanto y ¿qué crees? en mi corazón nunca estuviste, hace mucho que lo sé.

¿Y ahora pretendes que, como si nada hubiese pasado, alguna fuerza enferma me haga desear ver tu cara otra vez? Te equivocas, yo ya no estoy enferma aunque tú si lo estés. No me interesa tu vida, si te acepté en mis contactos es porque no te odio, no eres tan importante como para sentir cualquier cosa por ti.

Soy feliz. Conseguí serlo a pesar tuyo. Esas son las únicas -y últimas- noticias que necesitas tener de mí.

(fin de la conversación, bloqueo de contacto)



viernes, enero 08, 2010

Amar y querer ¿no es igual?

ADVERTENCIA:
Si usted es mi hermano, padre, madre, suegra o familiar cercano y por casualidad o invitación ha caído en este blog, créame, no quiere leer este post. Espere a leer el siguiente o, con confianza, lea entradas anteriores pero, repito, NO LEA ESTE POST.


El querer es la carne y la flor,
es buscar el oscuro rincón,
es morder, arañar y besar,
es deseo fugaz, es deseo fugaz.


- Me encanta que hasta cuando me haces el amor, me coges.

Le dije una tarde, mientras descansábamos después de habernos robado todo: la ropa, los gemidos, el sudor, los latidos. Apenas empezábamos a recuperar la respiración y la calma que no habíamos necesitado minutos antes. A él lo hizo reír mi frase y la ha citado muchas veces desde entonces. Y es que a su lado descubrí que eso de que coger y hacer el amor son dos cosas diferentes y mutuamente excluyentes, es lo más falso que pudo haber dicho algún reprimido que piensa que el sexo con la persona a la que amas es sólo con fines reproductivos.

Yo lo amo, y él me ama a mí. Soy su novia y me conocen sus padres y abuelos; además, es el yerno perfecto. Pasamos juntos las fiestas navideñas y quiere casarse conmigo. Soy lo intocable, lo que más respeta, cuando me enfermo me cuida y se asegura de que llegue a salvo a casa y de que me tome mi medicina.

Pero también soy su amante. En algún momento sus ojos verdes arden al mirarme y sé que es lo que viene después. Me besa con furia y me acaricia con lujuria. Escribe en mi cuerpo historias, explora rutas desconocidas y me pierde en súplicas, en deseo que no se detiene, no se contiene, no espera. Deja marcas en mi piel de sus besos, de sus dientes, de sus manos y tatúa mi alma con su fuego. Y me deja hacer, me deja ser sin prejuicios, inventar sin reservas, me consume y yo a él.

Juntos creamos historias bajo las sábanas y somos personas distintas si así lo queremos. A veces jugamos a no amarnos, a sólo desearnos, a ser algo de un momento. Pero sólo es por un rato, porque el amor no se puede esconder por mucho tiempo y, con el último suspiro del mejor orgasmo, vuelvo a ser su princesa, a la que con ternura le acaricia el pelo, quien le dice que lo ama y que nunca había sido tan feliz como lo es con él.

Y, efectivamente, amar y querer no es igual. Lo que olvidó decir el compositor es que ambas cosas mezcladas, dan mucho mejor resultado que por separado.