viernes, enero 08, 2010

Amar y querer ¿no es igual?

ADVERTENCIA:
Si usted es mi hermano, padre, madre, suegra o familiar cercano y por casualidad o invitación ha caído en este blog, créame, no quiere leer este post. Espere a leer el siguiente o, con confianza, lea entradas anteriores pero, repito, NO LEA ESTE POST.


El querer es la carne y la flor,
es buscar el oscuro rincón,
es morder, arañar y besar,
es deseo fugaz, es deseo fugaz.


- Me encanta que hasta cuando me haces el amor, me coges.

Le dije una tarde, mientras descansábamos después de habernos robado todo: la ropa, los gemidos, el sudor, los latidos. Apenas empezábamos a recuperar la respiración y la calma que no habíamos necesitado minutos antes. A él lo hizo reír mi frase y la ha citado muchas veces desde entonces. Y es que a su lado descubrí que eso de que coger y hacer el amor son dos cosas diferentes y mutuamente excluyentes, es lo más falso que pudo haber dicho algún reprimido que piensa que el sexo con la persona a la que amas es sólo con fines reproductivos.

Yo lo amo, y él me ama a mí. Soy su novia y me conocen sus padres y abuelos; además, es el yerno perfecto. Pasamos juntos las fiestas navideñas y quiere casarse conmigo. Soy lo intocable, lo que más respeta, cuando me enfermo me cuida y se asegura de que llegue a salvo a casa y de que me tome mi medicina.

Pero también soy su amante. En algún momento sus ojos verdes arden al mirarme y sé que es lo que viene después. Me besa con furia y me acaricia con lujuria. Escribe en mi cuerpo historias, explora rutas desconocidas y me pierde en súplicas, en deseo que no se detiene, no se contiene, no espera. Deja marcas en mi piel de sus besos, de sus dientes, de sus manos y tatúa mi alma con su fuego. Y me deja hacer, me deja ser sin prejuicios, inventar sin reservas, me consume y yo a él.

Juntos creamos historias bajo las sábanas y somos personas distintas si así lo queremos. A veces jugamos a no amarnos, a sólo desearnos, a ser algo de un momento. Pero sólo es por un rato, porque el amor no se puede esconder por mucho tiempo y, con el último suspiro del mejor orgasmo, vuelvo a ser su princesa, a la que con ternura le acaricia el pelo, quien le dice que lo ama y que nunca había sido tan feliz como lo es con él.

Y, efectivamente, amar y querer no es igual. Lo que olvidó decir el compositor es que ambas cosas mezcladas, dan mucho mejor resultado que por separado.




6 comentarios:

Luisz dijo...


tengo tu aroma en mi piel
impregnado como un tatuaje perenne

aún me hace vibrar el recuerdo de tus caricias
respiro y te llevo dentro
recorriendo mi cuerpo entero
en una exquisita unión de nuestras almas

como siempre me pierdo en tu aroma
me fusiono con tu carne y nos hacemos uno

dos cuerpos entregados a la pasión que desbordan
dos almas inquietas por estar juntas eternamente

contigo paso de la cotidianidad a la aventura
evadimos así el temor a la costumbre
siendo cómplices de mil y dos fantasías

de mil y dos ...




Te amo.

la chida de la historia dijo...

Oh hell yeah!!!

XD

jess dijo...

jajaja!

como que andábamos conectadas!! XD

Y sí, cuando se mezclan ambas situaciones, sucesos muy interesantes llegan a nuestras sensaciones!! ;)

Saludos pillina!!!

Lata dijo...

uy, necesito un novio y amante aurita!
;)

Feliz añooo!!

Paola Florio dijo...

Guauuuuu, muy jugada, me encantò!

Kuruni dijo...

Wow. Que intenso, y bello, y personal.

Soy fan. :D