Si usted es mi hermano, padre, madre, suegra o familiar cercano y por casualidad o invitación ha caído en este blog, créame, no quiere leer este post. Espere a leer el siguiente o, con confianza, lea entradas anteriores pero, repito, NO LEA ESTE POST.
El querer es la carne y la flor,
es buscar el oscuro rincón,
es morder, arañar y besar,
es deseo fugaz, es deseo fugaz.
- Me encanta que hasta cuando me haces el amor, me coges.
Le dije una tarde, mientras descansábamos después de habernos robado todo: la ropa, los gemidos, el sudor, los latidos. Apenas empezábamos a recuperar la respiración y la calma que no habíamos necesitado minutos antes. A él lo hizo reír mi frase y la ha citado muchas veces desde entonces. Y es que a su lado descubrí que eso de que coger y hacer el amor son dos cosas diferentes y mutuamente excluyentes, es lo más falso que pudo haber dicho algún reprimido que piensa que el sexo con la persona a la que amas es sólo con fines reproductivos.
Yo lo amo, y él me ama a mí. Soy su novia y me conocen sus padres y abuelos; además, es el yerno perfecto. Pasamos juntos las fiestas navideñas y quiere casarse conmigo. Soy lo intocable, lo que más respeta, cuando me enfermo me cuida y se asegura de que llegue a salvo a casa y de que me tome mi medicina.
Pero también soy su amante. En algún momento sus ojos verdes arden al mirarme y sé que es lo que viene después. Me besa con furia y me acaricia con lujuria. Escribe en mi cuerpo historias, explora rutas desconocidas y me pierde en súplicas, en deseo que no se detiene, no se contiene, no espera. Deja marcas en mi piel de sus besos, de sus dientes, de sus manos y tatúa mi alma con su fuego. Y me deja hacer, me deja ser sin prejuicios, inventar sin reservas, me consume y yo a él.
Juntos creamos historias bajo las sábanas y somos personas distintas si así lo queremos. A veces jugamos a no amarnos, a sólo desearnos, a ser algo de un momento. Pero sólo es por un rato, porque el amor no se puede esconder por mucho tiempo y, con el último suspiro del mejor orgasmo, vuelvo a ser su princesa, a la que con ternura le acaricia el pelo, quien le dice que lo ama y que nunca había sido tan feliz como lo es con él.
Y, efectivamente, amar y querer no es igual. Lo que olvidó decir el compositor es que ambas cosas mezcladas, dan mucho mejor resultado que por separado.
6 comentarios:
tengo tu aroma en mi piel
impregnado como un tatuaje perenne
aún me hace vibrar el recuerdo de tus caricias
respiro y te llevo dentro
recorriendo mi cuerpo entero
en una exquisita unión de nuestras almas
como siempre me pierdo en tu aroma
me fusiono con tu carne y nos hacemos uno
dos cuerpos entregados a la pasión que desbordan
dos almas inquietas por estar juntas eternamente
contigo paso de la cotidianidad a la aventura
evadimos así el temor a la costumbre
siendo cómplices de mil y dos fantasías
de mil y dos ...
Te amo.
Oh hell yeah!!!
XD
jajaja!
como que andábamos conectadas!! XD
Y sí, cuando se mezclan ambas situaciones, sucesos muy interesantes llegan a nuestras sensaciones!! ;)
Saludos pillina!!!
uy, necesito un novio y amante aurita!
;)
Feliz añooo!!
Guauuuuu, muy jugada, me encantò!
Wow. Que intenso, y bello, y personal.
Soy fan. :D
Publicar un comentario