lunes, junio 22, 2009

Solo Sexo

Sexo. No me da pena ni peco de presumida al decir que soy muy buena en eso. No lo creo, me lo han dicho. Creo que soy buena porque lo disfruto. Creo que lo disfruto porque lo siento natural, como una parte de mi personalidad. Y ahí está la palabra clave: una parte.

No puede ni podría llegar a ser solo sexo. No me asusta ni me incomoda la falta de amor, ni el contexto; simplemente no puedo dar solo una parte de lo que soy y, créeme, soy mucho más que eso. Te mentiría si te dijera que en este momento busco amores eternos, pero también lo haría si te dijera que mi concepto de pasármela bien es una cita en un hotel con el cronómetro corriendo. 

Cada día descubro algo más de mi que me encanta y no quiero que te niegues a conocerlo, no quiero que cierres las posibilidades de un encuentro con algo más que mi cuerpo, tal vez podría gustarte lo que encuentres, tal vez a mi también me guste lo que encuentre... aunque tal vez, solo tal vez, termine siendo solo sexo.



lunes, junio 08, 2009

Mil preguntas

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¿Cuánto es tiempo adecuado para dejarse caer en unos brazos?
¿Existe un justo medio entre perder el respeto del contrario y perder al contrario por dejar pasar en vano el tiempo?
¿Significa solamente deseo una mirada de deseo a los pocos minutos de conocernos?
¿Le hago caso a mi mamá y me hago del rogar cuando solo quiero besarlo?
¿Cómo puede alguien tener una mirada tan asesina, tan desconcertante?
¿Dónde quedaron mis buenos modales?

¿Cómo puedo estar diciéndole estas cosas a tan pocas horas de saber de su existencia?
¿Qué queda por delante cuando no existe más distancia por acortar?


¿Le creo que el tiempo no es relevante?


Todas esas preguntas y más rondaban por mi cabeza esa tarde... y siguen rondando, pero para responderlas creo que ya es demasiado tarde.




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miércoles, junio 03, 2009

Cuento de hadas

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El único príncipe que he conocido no era azul, sino del color de una persona cualquiera; tampoco cargaba una espada y un escudo, sino una guitarra y un libro y no usaba armadura. El único príncipe que ha demostrado serlo no peleó por mi con dragones, peleó conmigo por hacerme entender la vida, por hacerme reconocer mi valor.


El príncipe del que les cuento no me llevó a su vivir a su castillo, en cambio, redecoró para mi el mundo. Me cantó canciones que no eran para mi y me mostró sueños que no me correspondían pero, eso sí, nunca me dijo mentiras. Demostró su linaje con ojos sinceros y sin promesas y, más allá de ponerle "FIN" al cuento, me enseñó que el principio de mi vida estaba por llegar.


Yo amé a ese príncipe como a ningún otro, pero él más allá de amarme me respetó; en vez de llamarme "amor mío" por compromiso, me miró a los ojos y me dijo lo maravillosa que soy. El príncipe no era "mi príncipe", él me demostró que los príncipes no existen. Existe gente buena, sobre toda esa gente está él. Él me enseñó a tener paciencia, él me dio lecciones que me hicieron crecer.


El príncipe que no es príncipe hace unos días caminó hacia el altar con su princesa y, contrario a lo que puedan pensar, en mi corazón no hubo tristeza, sino una profunda emoción por lo que vendrá.



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lunes, junio 01, 2009

Anna Paula

No puedo decir que me devuelves la fe en la vida porque nunca la he perdido...simplemente la iluminas. Me asombras tanto que no puedo creer que estás, no puedo creer tanta belleza. Me haces sentir tan importante cuando me miras y provoco en tí una sonrisa, cuando me tocas la cara con tus manitas mojadas, descubriendo algo nuevo con cada mirada, cuando gritas mi nombre muy a tu manera o te refugias en mis brazos de lo que te espanta...

Me dan ganas de pintar el mundo para que sea más bonito cuando crezcas, me dan ganas de quedarme siempre mirando tu risa, tu juego en el agua, tus hermosos ojos, tu apresurada marcha por el mundo. Quiero aprender de tu valentía, de tu alegría, de tu franqueza al reír.

Anna Paula, eres un milagro, que nunca nadie te haga olvidarlo.