viernes, marzo 06, 2009

Tantos encuentros y desencuentros para llegar a una conclusión que no sorprende a nadie. Ni a mi. Levantar la ceja con descuido y decir "¿tan pronto?" fue la reacción más efusiva a mi anuncio. ¿Que por qué lo sabía? Son tantas cosas, me compré una verdad sabiendo que era mentira, me jugué una partida de poker con un conocido tramposo.

Lo sabía, claro, y no soy ninguna víctima. Lo viví porque quería probarme que estaba equivocada. Que ironía que estar en lo cierto me duela tanto! Me duele la verdad que me golpeaba en la cara a cada rato para ver si reaccionaba, me duele que la vida sea tan justa, que el amor sea tan ilógico, que lo que en un momento fue el cielo, en el siguiente sea un peso que se quita como las sábanas de una cama, vacía y empacada.

Pero mientras se vaciaba aquello que una vez llamé mi hogar y mi corazón se quebraba un poquito más, en mis maletas empaqué mucho más que ropa, sino también los sueños guardados en el closet que hoy vuelven a ser posibilidad.



1 comentario:

Jhon Brando dijo...

La “verdad” no se hizo para cualquier tipo de ente. Son realmente escasas las personas dispuestas a soportar una verdad tajante por más gris que esta sea. Nadie dijo que estar en lo “cierto” siempre es lo más satisfactorio para uno. A veces es mejor una incertidumbre que te hace feliz. Saludos y buen fin de semana.

“Buenas Noches, Buena Suerte”