viernes, noviembre 13, 2009

No se me ocurre un título que no suene a película romántica


Odio a Maná, ¡Oh, sí! De verdad detesto a ese grupete de quinta. No exagero al decir que lo odio: no es que no me guste, no es que me desagrade un poco. No tolero siquiera escuchar unas notas de cualquiera de sus "éxitos". La voz del tal Fher (miren que semejante vejete haciéndose llamar “Fher”, ¿puede existir algo más gay?) es capaz de ponerme de malas en menos de un minuto y sus canciones: “Bla, bla, bla, la sirena, bla, bla, bla, traicionera, bla, bla bla, mariposa, bla, bla, bla, salven a la tierra”, aaaaarghh! Los odié todavía más cuando me enteré que en España la única “música” mexicana que se escucha es la de Maná y la de RBD. No es que tengamos cosas mucho mejores pero, ¿de verdad? Que manera de dejar por los suelos nuestra reputación musical.

Entonces, cuando mi hermano Alan (al que sólo conozco a través del Facebook, pero esa es otra historia) puso en su muro un video de Maná, obviamente despotriqué hasta el cansancio y le dije que era una de las cosas que más odiaba en el mundo. Él tuvo el detalle de cambiar el video por uno de John Lennon (¡Que diferencia!) y de preguntarme: “¿Y cuáles son las otras cosas que odias?”. En respuesta a su solicitud, y dado que hoy ando con un ánimo muy (MUY) sombrío, decidí hacer una lista de cosas que odio. Como dicen los abogados, esto es una lista “enunciativa más no limitativa”, pues no sólo estas 10 cosas odio, ni son las que más odio, ni están en orden; incluso podrían estárseme escapando algunas que REALMENTE odio, pero 10 es un buen número. Veamos:

  1. A Maná. ¿Necesito agregar algo más?

  2. Que la gente respire fuerte. No entiendo cuál es la necesidad de cierta gente de hacer tan evidente que están vivos. Lo sé, los veo caminando o durmiendo en el camión o viendo una película. ¿Por qué esas exhalaciones tan escandalosas por la nariz? De verdad, no lo entiendo y si me topo con una persona que lo hace, me alejo lo más que puedo.

  3. Que los extraños me toquen. Esto incluye: saludar de beso a desconocidos, que me den palmaditas en la espalda y –por favor no lo hagan jamás- que me tomen de la cintura. Soy muy respetuosa del espacio vital de los demás y exijo lo mismo. Vamos, odio hasta que los extraños me hagan plática en el elevador o (peor) en el baño. ¿Qué son esas confiancitas?

  4. Levantarme temprano. ¡Está en mis genes! Nadie de mi familia tolera despertarse temprano; puedo dormirme a la hora que quieras pero ¡por piedad! no me hagas levantarme temprano. Desgraciadamente soy la única de la familia que tiene la necesidad de hacerlo, pero hay un Dios y un día seré millonaria y mi día empezara, como debe ser, a las 11:00 de la mañana.

  5. Dormir con calcetines. No puedo, simplemente no puedo. Por mucho frío que haga, mis piecitos no toleran estar encerrados en el calcetín.

  6. Que me molesten en el cine. Ya saben, patear mi asiento, que suenen los celulares, que alguien esté platicando, que se rían muy fuerte. ¿Quién no lo odia? Pero yo sí tomo cartas en el asunto y soy capaz de denunciar al ser vertebrado responsable de mi molestia para que lo saquen de la sala.

  7. Que cuando pregunto algo, me digan con una sonrisota: “¡no sé!” y levanten los hombros. No hay problema con que no sepan, digo, todo mundo tiene derecho a ignorar cosas, pero ¿por qué el orgullo? ¿por qué la felicidad? Otra cosa que no entiendo.

  8. Llorar. Bueno, supongo que todos odiamos llorar. Simplemente, como ya lo expliqué alguna vez, no me gusta llorar por cosas que no valen la pena. Y cuando lloro por lo que sí lo vale, me cuesta mucho trabajo parar y soy como una Magdalena; la nariz se me pone roja, me duele la panza, el pecho y la cabeza. También lloro de coraje, de impotencia y cuando estoy enferma. Soy chillona, pues.

  9. Los sonidos constantes y repetitivos. Una gotera en el lavabo, un reloj, un ruidito de llaves en el auto, un niño llorando, la alarma de la impresora y, claro, el número 2, me sacan de mis casillas fácilmente. Creo que sí estoy un poco neurótica.

  10. Que no me crean. No espero que mi madre no cuestione mis pretextos para faltar una noche a casa, tampoco espero que mi jefe se quede tan campante cuando 4 días a la semana hay un choque en Tlalpan que me hizo llegar tarde. Dice Dr. House que todos mienten y yo no soy la excepción. Pero si te miro a los ojos con mi carita de tonta y te digo que soy sincera, espero que me creas. No prometo muchas cosas, pero cuando lo hago, lo hago de corazón y el compromiso no es contigo, es conmigo misma y actúo en consecuencia. Si he jurado que te amo y que eres el único, no hay razón para dudar. El saber que desconfías provoca en mí la cosa que odio No. 8, y cuando eso pasa huyo, porque, como ya lo dije, odio llorar.
Ya se que todos estarán pensando que estoy loca por odiar tantas cosas, pero también me gustan muchas. Ya tendré el tiempo y el ánimo para platicarles sobre eso.


3 comentarios:

la chida de la historia dijo...

Yo no pienso que estés loca... acaso pensaré que AMBAS estamos re locas... me da miedo confesar que me identifiqué con todos y cada uno de tus odios... ooorales!!!

Aunque mi odio por maná es menor... pero aún así los odio... jojo

Dile a luisz que no haga ruidejos... argh!

Saludos!

Hermes dijo...

y trate de pensar en un titulo, pero si, todos suenan a peliculas romanticas..... tus odios son bastante normales.... menos lo de los ruiditos :P... a veces entretienen!!! ya, tk care, baee ;)

Luisz dijo...

1- Fher tiene cara de perro y canta bla bla bla mi cara es de perro bla bla bla salven al planeta bla bla bla yo hago mi parte bla bla bla tengo una jungla tropical en mi cabello.

2- ¿Mocos?

3- Amo tu cintura y amo tomarte de la cintura, pero apoyo que odies que los demás lo hagan.

4- El día EMPIEZA a las 11, nada más que los empleadores creen que no y eso les hace pagar por horas que en realidad no son traajadas, ja, ilusos.

5- Yo a veces puedo dormir hasta con zapatos, depende del frío ...

6- No me ha tocado pero espero no perderme ese espectáculo por nada del mundo.

7- Mmmm ¿papas?

9- A veces gimoteo y moqueo.

8- Tu dolor es mi dolor, tus penas son las mías y mis besos son tu bálsamo, mis ojos tu ketorolaco y mis brazos tu antihistamínico.

10- Sin ti el capullo no se abriría / las alas no se moverían / el viento me envolvería en un frío constante / las rosas caerían / el sol se escondería / sus rayos se apagarían / sin ti caería al abismo / dándole la bienvenida a la noche de mis ojos ...