martes, mayo 05, 2009

El llavero

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Me llamas para pedirme tus llaves; que vulgar, que barato, que ordinario. Habiendo tantas cosas que reclamar, reclamas un manojo de metal como si fuera de oro. Típico de ti mancharte las manos por buscar piedras en el fango.

Hoy te reconozco en tu entorno, hoy no me sorprende tu retorno. Si tanto te hacen falta unas llaves, yo pago el duplicado. Caso cerrado.




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2 comentarios:

Jo dijo...

y no olvides dejar por un rato, por fuera cerrada la puerta sin cerrojo pero con un candado.

Jhon Brando dijo...

A lo largo de los años la vida me ha dejado una enseñanza que hasta el día de hoy me resulta irónica: es más fácil conseguir las llaves del apartamento de alguien que las de su alma. Nos hemos vuelto desconfiados por todos aquellos que más de una vez han abierto la puerta pero cerrado de un portazo que duele. Saludos.

“Buenas Noches, Buena Suerte”