lunes, julio 06, 2009

Reencuentro

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La noche transcurría entre risas, martinis y vino tinto cosecha 2007. Viejos amigos pero más viejos los recuerdos que acaparaban la charla; 10 años sin verse no son cualquier cosa, pero en realidad no parecía que hubieramos cambiado demasiado. Mientras avanzaba la noche, poco a poco fui recordando a la niña de 19 años perdidamente enamorada del único ausente en el reencuentro, aquella que se escapaba de su casa con tal de darle un beso, la que juraba conocerlo mejor que a nadie, la que creía a ciegas en lo eterno.


Luego vinieron las actualizaciones, el recuento de los amores que se fueron, la crónica de las decepciones y los consejos. Cuando mi turno llegó, conté a grandes rasgos mi historia, no sin un toque de humor negro. Como era de esperarse, recibí halagos por mi coraje y valor, por la firmeza en mis decisiones, por no tener miedo.


Y como dice Sabina, "los clientes del bar, uno a uno, se fueron marchando". La mesa donde me encontraba fue quedándose vacía salvo por el amigo que empezó todo quien, después de platicar conmigo un poco, me miró a los ojos y sin mediar ningún aviso preguntó:


"¿Te lastimaron mucho?"


No hubo humor negro ante esa pregunta brutal. Lentamente asentí mientras bajaba la cabeza sintiendo como, por primera vez en meses, mis ojos se llenaban de agua. Nadie me había preguntado eso; soy una actriz extraordinaria. El amigo me abrazó en silencio y lloré porque supe que algo perdió esa niña de 19 años que él conoció, lloré por la mujer de hoy que ya no cree en lo eterno, y el amor es de lo único de lo que se escapa.


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2 comentarios:

Jo dijo...

a los lisiados por amor se nos nota enseguida, no hay que fingir demasiado y sin embargo te apuesto que ya ciertos reencuentros que a decir verdad dañan mas...

un abrazo para estos casos resulta imprescindible...

Ozynells dijo...

Hasta las máscaras se desgastan después de tanto usarlas, así como se desgasta la ilusión, la fantasías, las ganas de creer en Claus. Puede desgastarse la ilusión pero siempre lucha por no desgastar la fé.

La fé expuesta misma en ese recuentro, en ese amigo, en esa inesperada pregunta, en ese abrazo, en ese futuro existente...

Un beso ;)