“The highest as the lowest form of criticism is a mode of autobiography.
Those who find ugly meanings in beautiful things are corrupt without being charming.
This is a fault. Those who find beautiful meanings in beautiful things are the cultivated.
For these there is hope. They are the elect to whom beautiful things mean only beauty.”
Oscar Wilde, “El Retrato de Dorian Gray”
Pero no pretendo con este post analizar la traducción de las obras de Wilde, la verdad es que esta frase llegó milagrosamente a mi buró cuando me estaban haciendo falta palabras para escribir lo que rondaba mi cabeza desde hace unos cuantos días y, aunque la cita se refiere principalmente a la percepción de la belleza en el arte y a la crítica del mismo, creo que no puede venirle mejor a lo que quiero decir.
Y de lo que hoy quiero hablar es precisamente de los significados. Los significados que creamos, que compramos y hasta que robamos. Aquellos que queremos ver en los actos de otros o en momentos y circunstancias, influenciados por nuestro contexto. ¿Cuántas veces el miedo nos ha hecho presentir en un desconocido una intención malvada, cuando él solo quería cruzar la calle? o, ¿cuántas veces hemos interpretado la risa como burla, los besos profanos como amor, el olvido como debilidad o un acto de amor como uno de venganza?
Los actos de un corazón ajeno al nuestro no pueden ser sino interpretados de acuerdo con lo que nos hacen sentir, y los significados que en ellos encontremos, más que reflejar la realidad de los hechos, nos reflejan a nosotros mismos. Las cosas bellas como el arte, la amistad o el amor, sólo encierran la verdad del creador, una verdad que, por más que lo intentemos, nunca podremos conocer, sino solo interpretar de acuerdo con nuestros propios sentimientos. Expresar esa interpretación como verdad absoluta, solo refleja la soberbia del que juzga.
Tratar de encontrar significados ruines en algo bello no solo revela la pobreza de espíritu de la persona que juzga; de acuerdo con Wilde, también es poco elegante…