martes, agosto 25, 2009

Yo me entendí...


“The highest as the lowest form of criticism is a mode of autobiography.
Those who find ugly meanings in beautiful things are corrupt without being charming.
This is a fault. Those who find beautiful meanings in beautiful things are the cultivated.
For these there is hope. They are the elect to whom beautiful things mean only beauty.”
Oscar Wilde, “El Retrato de Dorian Gray”


“Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes…” dice Wilde, apenas en el prefacio de una de sus grandes obras. Por cierto, siempre llamó mi atención que en la versión en español no se tradujera “charming” como “encantadores”, sino como “elegantes”. No sé si sea correcto, pero me gusta, me gusta mucho que se interprete la elegancia como encanto, sobre todo porque una de las definiciones de elegancia es “forma bella de expresar los pensamientos”.


Pero no pretendo con este post analizar la traducción de las obras de Wilde, la verdad es que esta frase llegó milagrosamente a mi buró cuando me estaban haciendo falta palabras para escribir lo que rondaba mi cabeza desde hace unos cuantos días y, aunque la cita se refiere principalmente a la percepción de la belleza en el arte y a la crítica del mismo, creo que no puede venirle mejor a lo que quiero decir.


Y de lo que hoy quiero hablar es precisamente de los significados. Los significados que creamos, que compramos y hasta que robamos. Aquellos que queremos ver en los actos de otros o en momentos y circunstancias, influenciados por nuestro contexto. ¿Cuántas veces el miedo nos ha hecho presentir en un desconocido una intención malvada, cuando él solo quería cruzar la calle? o, ¿cuántas veces hemos interpretado la risa como burla, los besos profanos como amor, el olvido como debilidad o un acto de amor como uno de venganza?


Los actos de un corazón ajeno al nuestro no pueden ser sino interpretados de acuerdo con lo que nos hacen sentir, y los significados que en ellos encontremos, más que reflejar la realidad de los hechos, nos reflejan a nosotros mismos. Las cosas bellas como el arte, la amistad o el amor, sólo encierran la verdad del creador, una verdad que, por más que lo intentemos, nunca podremos conocer, sino solo interpretar de acuerdo con nuestros propios sentimientos. Expresar esa interpretación como verdad absoluta, solo refleja la soberbia del que juzga.


Tratar de encontrar significados ruines en algo bello no solo revela la pobreza de espíritu de la persona que juzga; de acuerdo con Wilde, también es poco elegante…


lunes, agosto 17, 2009

De la interpretación de los sueños...

"...oh my dreams
it's never quite as it seems
cause you're a dream to me"


Yuyú decía que siempre que soñaba con agua, lloraba; mi pshtt dice que le pasa lo mismo. Yo nunca recuerdo mis sueños y cuando lo hago, no me he ocupado de traducir las señales que podría estarme mandando mi subconsciente. El viernes soñé con agua, no recuerdo bien qué, pero había agua. Y este fin de semana lloré mucho, con verdadera tristeza. Pero también me reí como nunca y pasé algunos de los mejores momentos de mi vida (onomatopeya de mordida).

Después de tanto llorar, cuando al fin pude cerrar los ojos por un momento, soñé que estaba frente a un tanque de oxigeno (no, no de gas, de oxigeno) a punto de estallar y, a pesar de saber que estaba en peligro, no sentía ningún miedo o angustía, ni me movía. Cuando desperté, interpreté de inmediato ese sueño como un mal presagio para lo que hasta esa noche había sido perfecto; sin embargo, después me di cuenta de que Yuyú nunca me dijo cual era la señal para un día feliz y decidí correr el riesgo. Y llegó el día feliz, compensando todo el sufrimiento de la noche anterior.

Pero yo sigo sin saber si es verdad eso de soñar agua, tampoco sé que significa el tanque a punto de estallar o lo que debo de soñar para tener un día feliz... ¿algún Freud por ahí que quiera ayudarme? Todavía tengo miedo de que me estalle un tanque de oxigeno en la nariz.
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viernes, agosto 14, 2009

Experimiento Social



"Bartender, please fill one up for me
Of the kind you gave Jesus,
that set him free after three days down."


Dos ejemplos que ilustran mi último experimiento social:

ejemplo 1:

Sin alcohol...
Callado, tímido y amable, su vida gira en torno al trabajo, no tiene demasiados amigos y vive con su madre. Come siempre solo y se queda en la oficina hasta muy tarde. Cualquier cosa lo sonroja y no habla de su vida privada con nadie.

Con alcohol...
Simpático y cantador, hasta que toma demasiado y se pone insoportable. Pretende ligar de la manera más desagradable y es grosero con las mujeres a las que aborda. Busca pelear por cualquier cosa, paga cuentas y se niega a marcharse. Insiste en llevarse su coche y aunque ya no puede ni hablar, no deja de tomar.

ejemplo 2:

Sin alcohol...
Jefa y subordinado, excelente equipo de trabajo, amigos y compañeros de triatlón. Las familias de ambos se reúnen en Valle de Bravo para practicar nado. Él tiene dos niñas, ella dos niños, tal vez algún día sean consuegros. Hoy dejan de trabajar juntos, ella va a sentir mucho la ausencia de un elemento tan valioso, él va a extrañar el que fue su trabajo por 13 años, que deja por una oportunidad mejor.

Con alcohol...
A ella se le llenan los ojos de lágrimas cada que habla de su partida, sus miradas se encuentran frecuentemente entre el bullicio de la comida de despedida. Más tarde, él la mira a los ojos y la abraza sin decir nada, también se le arrasan los ojos. Sus manos se encuentran debajo de la mesa. En medio de la cena ella no niega lo que siente, pero tampoco lo acepta, aunque lo hace evidente. Él trata de guardar la compostura, pero sus sentimientos y el alcohol lo pierden.


Suelo estar sobria mientras los demás se emborrachan, no es mi intención aprovecharme, pero me gusta observarlos desde mi cómoda posición. Y ha sido a través de esa observación que he llegado a la conclusión de no tomar frente a alguien que no sea de mi total confianza, pues no me gustaría estar así de borracha sin saber qué tantas cosas revelaría mi versión Con alcohol...




lunes, agosto 10, 2009

Yuyú


"Perdona que entre sin llamar,
no es esta la hora y menos el lugar,
tenía que contarte
que en el cielo no se está tan mal..."

Hace 5 años manejaba hacía mi casa escuchando la radio, sin poner atención a la programación. No estaba siendo un buen año y los últimos días se habían puesto peor. Yuyú se había ido y aunque habían ya pasado días desde la última vez que la vi, y meses desde la última vez que la vi bien, apenas empezaba a asimilar su partida. En su funeral no hubo llanto, solo risas y recuerdos de lo que había sido su vida, de todo lo que nos había legado. Después, entre todos los problemas que me caían encima, tampoco había tenido tiempo ni valor para llorar. De pronto, detenida en el tráfico, la canción que sonaba en la radio llamó mi atención.

"Y cuando me marche estará
mi vida en la tierra en paz,
yo solo quería despedirme,
darte un beso y verte una vez más..."

Yuyú no era una abuela normal; nunca le llamé abuela, mucho menos abuelita, simplemente era Yuyú. Ella tenía un apodo y una canción para cada una de sus nietas y nunca estaba de mal humor. De ella salí voluntariosa, rezongona y sarcástica; siempre tenía una respuesta perfecta para todo y nunca se quedaba callada. Fue la persona más buena y caritativa del mundo, pero se escondía muy bien detrás de su cinismo. Yo la admiraba a ella y ella me admiraba a mí, me creía perfecta. Me presumía con sus amigas y nunca se le pasó por la cabeza que no llegara a ser lo que esperaba de mí.

"Promete que serás feliz, te ponías tan guapa al reír;
y así, solo así quiero recordarte..."

Gracias a ese mensaje, que le habrá costado sobornar a quién sabe cuantos ángeles, tuve el valor de levantarme del desastre que yo misma había construido a mi alrededor, ese desastre del cual ella nunca supo. Gracias a ella cada vez que siento incumplida la promesa que le hice ese día entre lágrimas guardadas largamente, he tenido el coraje de volver a empezar una y otra vez, de quitar de mi camino lo que me impida cumplir con el destino que Dios le dijo al oído que era para mí.

"vida mía, ahora te toca a ti, solo a ti, seguir nuestro viaje..."

Yuyú me regaló con una canción la convicción de que podía ser lo que hoy soy. Y a 5 años de su adiós, puedo decirle que he seguido con nuestro viaje, que he cumplido con mi promesa, que he mantenido la fe y hoy soy feliz por las dos.



lunes, agosto 03, 2009

Laberinto de colores

Tu risa o tu zozobra por la niña que grita 

me dicen que no hay mas meta que tu voz, 

me indican que no hay más vida que tu risa,

tu vida me encuentra para darme vida.

No hay lugar a donde huir.

No hay razón para huir.


Has cambiado el brillo de mis ojos,  

has abierto el telón de mi destino,  

has pintado de colores mi laberinto, 

has cubierto mi frío.


Tus sueños me recuerdan todo el tiempo a los míos,

Tus brazos me salvan de mi orgullo y capricho

Nuestros pasos se dirigen al mismo sol

Nuestros corazones tienen el mismo destino.

No hay más miedo.

No hay razón para tenerlo.


Has cambiado el brillo de mis ojos,  

has abierto el telón de mi destino,  

has pintado de colores mi laberinto, 

has cubierto mi frío.