jueves, febrero 18, 2010

Los hombres de mi vida



La familia de mi madre, con la que tengo más contacto, está conformada por cuatro hermanas de las cuales mi mamá es la mayor. De ahí para abajo hay muchas primas -a las cuales adoro- y muy poquitos primos que a su vez me han dotado de muchas, muchas sobrinas gritonas -entre las cuales se encuentra mi adorada Pau- y sólo un par de sobrinos -simpatiquísimos y con super-poderes-. Es por eso que en mi vida han influido muy pocos ejemplares del sexo masculino, de los tres más importantes quisiera hablarles.

Mi padre fue el primero en rebelarse y luchar contra esa "larga estirpe de mujeres independientes (¡ja! ¡NOT!)". Norteño de Ciudaobregon, vino a encontrarse en la Ciudad de México con quien era todo, menos la horma de su zapato. Mi padre me enseñó, más con ejemplos que con palabras, a ser responsable, leal y honesta. Es mi mayor porrista y confía en mí como en nadie, que es decir mucho para alguien tan desconfiado. Comencé a conocerlo en realidad cuando dejamos de vivir juntos, hoy disfruto sus historias, entiendo y respeto sus humores y él me respeta y apoya en todas mis decisiones. Él sabe que lo quiero, aunque no se lo diga, y yo sé, siempre he sabido, que él nunca va a querer a nadie como me quiere a mí. Y eso me hace dormir tranquila.

Abraxas... ¡ay Abraxas! Tan peculiar como su nombre, que significa "dios del bien y dios del mal", no entiende de bondades y maldades, no reconoce sus errores ni juzga los de otros. El héroe de mi infancia, el que se escapaba de casa a los 12 años y se trepaba en un arbol a esperar que le comprara golosinas y se las llevara para alimentarse. El de la moto, el que sin saberlo hace que mi corazón dé un vuelco cada que oigo una ambulancia en la madrugada, el que es capaz de inspirarme la mayor furia y al minuto siguiente la más grande ternura. Iguales por fuera pero tan distintos por dentro, estoy segura de que no sabe que a veces lo admiro por preocuparse tan poco y disfrutar tanto el momento. Como debe de ser, no sé si sepa cuanto lo quiero... yo creo que sí.

Y finalmente, pero no por eso menos importante, Luisz. He hablado de él hasta el cansancio aquí, pero no puedo dejar de mencionarlo. Tanto tiempo y tantas cosas tuvieron que pasar para dar con él que no puedo definirlo mas que como un milagro. Dicen que las mujeres siempre buscamos a un hombre parecido a nuestro padre, no sé si sea el caso. Yo sólo sé que en sus ojos encuentro la paz que tanto había buscado, que cuando estoy con él me siento fuerte, me siento invencible. Un HOMBRE en toda la extensión de la palabra, que ha sabido lidiar con mis ángeles y con mis demonios, que no corre ante los problemas, que entiende y acepta mis debilidades. Yo no puedo pedir más que un hombre como él, que camina a mi lado, no atrás, no adelante; que ama a quienes yo amo y que comparte su vida y sus sueños conmigo. ¡Ah! por cierto, se lleva excelente con mi padre.





4 comentarios:

Luisz dijo...

Mis ojos han dejado de gotear aunque el sentimiento no se acaba por nada del mundo. Me has dejado deshecho en sensaciones tan intensas que no es necesario pero sí urgente estar contigo para compartirlas.

Y más allá de comentar punto por punto tus maravillosas letras, me permito hablar del cuarto hombre de tu vida:

Es muy pequeñito aún, ni siquiera sabe que está por convertirse en la luz de tus ojos, en tu chiquitín especial. Sin embargo nos conoce, sabe que lo esperamos. Nos mira y ya nos ama, nos quiere juntos para recibirlo. Se pone celoso de que hablamos mucho de su hermana, pero sin conocerla ya la extraña.

Espera convertirse en un hombre y ganarse tu admiración. Sabe que todo lo que haga estará observado con lupa por sus padres y luchará contra lo que sea necesario por no defraudarnos. Nos dirá que no, que todo lo que logre es por él mismo porque eso le hemos dicho que haga, que haga lo que quiera, lo que lo haga feliz; pero muy dentro de su corazón sabrá que mientras más feliz sea, más feliz te hará a ti.

Sea lo que sea y pase lo que pase, el cuarto hombre de tu vida será el también el cuarto hombre de mi vida, y el más importante...

...hasta entonces.

jess dijo...

Yo también empecé a conocer a mi padre el día que dejamos de cohabitar.

Y también veo la manera en que mi clon vive la vida intensamente y sin preocuparse de la manera que yo lo hago.

Sólo me falta alguien que me impregne paz a través de sus ojos. XD

Ando en su búsqueda!

Saludos!!

la chida de la historia dijo...

Cuñadaca... que me has hecho llorar... y para completar el cuadro mi hermanito lo hace también...

Si yo hablara de los hombres de mi vida quizá no me alcanzaría el espacio... Pero siempre habrá 2 lugares por demás especiales: Mi papá, al que amo y es mi héroe y ÉL, el que está a punto de ser mi esposo sin espantarse (o sí, un poco.. jeje) de lo que puedo y a veces no ser... El solecito es otro de ellos, eh?...

Te mando un abrazo bien fuerte, cuñadaca... los quiero chorros a ti, a mi hermanito y a mi sobrinaco al que ya quiero también...

Saludillos!

Cypher dijo...

Te lo he dicho antes,me encanta tu blog,tienes el maravilloso don de la palabra,sabes me gustaria que algun dia tambien me consideraras un hombre en tu vida,se y entiendo que es muy dificil siendo un hermano que llego a tu vida en las circunstancias mas extrañas,pero tengo la esperanza de que el tiempo supere a la distancia y que algun dia podamos darnos un abrazo y sentirnos como lo que finalmente somos,hermanos. TQM.