jueves, diciembre 31, 2009

So far so good...



Sí, ya sé que el post debería tratarse de recuentos del año que se nos escapa y propósitos para el que se nos viene encima, pero no escribiré sobre eso; primero, porque mi amor ha hecho en su blog un recuento hermoso del año que pasamos y, segundo, porque dicen por ahí que los pueblos felices no tienen historia y, por lo tanto, mi único propósito para el año que empieza es seguir siendo feliz como lo soy hasta ahora.

No es una posición cómoda, entiendo que esa felicidad que busco requiere trabajo y esfuerzo y no pienso huir de eso, simplemente empiezo este año sabiendo que ser feliz está a mi alcance y en mis manos, con la ayuda de las personas que amo. Este año entendí por fin, y sin terapia, que ser feliz es una elección, que existe gente que me ama por lo que soy, que no necesito pretender ser otra para amar y ser amada; entendí que siempre es bueno escuchar lo que nos dice el corazón y que, por tal razón, sobre toda cosa guardada, debía guardar mi corazón para quién lo mereciera, y funcionó.

Hoy se acaba un año según el calendario que nos rige y no uso calzones amarillos, ni sacaré maletas al pasillo. Sea cuando sea que empiece el año en realidad, sólo se trata de tiempo y el tiempo hoy no determina mi actuar, no soy su víctima y no es mi aliado, es sólo tiempo. Trataré de disfrutar cada respiro, cada suspiro pero no porque sea un nuevo año, sino porque estoy viva, porque amo, porque siento y porque creo en Dios. Lo que pase en este año será solamente producto de mis actos y de los secretos que me dicta el corazón. Y estoy emocionada por el viaje que comienzo día a día, con la mejor compañía que podría tener, hoy y siempre.

¿Qué tal? Este post terminó siendo una especie de recuento. En fin, entonces, como dice el proverbio chino, no les deseo nada para el futuro, deseo que puedan forjarse un pasado feliz. Gracias a todos por estar ahí.

lunes, diciembre 14, 2009

Crónica de un cumpleaños feLuisz...

You say it's your birthday
It's my birthday too - yeah
They say it's your birthday
We're gonna have a good time
I'm glad it's your birthday
Happy birthday to you.

(Lennon/McCartney)


Tal y como lo prometió, desde las 12 de la noche estuvo a mi lado. Lidió con el tráfico ocasionado por las peregrinaciones mientras yo me dormía en el asiento del copiloto, soñando con una gran caja roja con moño dorado que me esperaba en la cajuela. Sabe que me encantan las sorpresas.

Al llegar a su casa me cobijó entre mil besos, pero yo ya me había despertado y sólo quería abrir mi regalo; rompí la envoltura sin cuidado mientras él, sentado en una silla, sonreía al ver mi cara emocionada. Lo que había dentro de la caja se resume como perfecto, más que por el objeto, porque cuando lo vi supe cuanto me había escuchado, la atención que me dedica y lo bien que me conoce.

Pasada la emoción, el sueño volvió a apoderarse de mí. Me abrazó toda la noche y, como siempre, me platicaba dormido cosas sin sentido que me hicieron reír. Las mañanitas cantadas por Topo Gigio me despertaron, con sus ojos llenos de amor sobre mí y mil besos como parte del desayuno.

El viaje por carretera fue excelente, disfruté de la libertad de correr como a mí me gusta. Llegamos a Querétaro y entre las prisas y las risas, mucho amor, más pasión, más de todo. Con mi vestido recién comprado, llegamos a la celebración familiar de los Jacobo. Con esa mirada de ternura y deseo que tan bien le sale, entre insinuaciones, bailes y secretos, las cosas se pusieron calientes. El desenlace, sólo cuestión de tiempo.

Pero antes del "gran final" ya pasadas las doce (sobre el cuál no daré mayores detalles pues éste es un blog familiar), tuvimos el placer de compartir con La Socia Chida un par de cervezas, muchas risas y música que sólo yo me sabía (¡snif! me siento vieja...). Lo más relevante de esa tertulia ya lo dijo ella y muy bien dicho, pero no puedo dejar de resaltar que a veces los mejores momentos están donde menos los esperas y los nuevos amigos también. Gracias también a ella por darme el visto bueno para novia del "solecito".

En fin, un cumpleaños redondo, un cumpleaños feLuisz -que es mucho mejor que feliz-, gracias a él. Y no me importa que nos digan que escribimos demasiado el uno del otro. El hombre que cambió mi destino y pintó de colores mi suerte bien vale millones de palabras, que aún siendo tantas, nunca alcanzarán a describir ni una pequeña parte de lo que siento por él.




martes, diciembre 01, 2009

El ciclo de Saturno

"Complementando los siete ciclos de 52 días que componen el año personal, el ultimo esta regido por SATURNO, que tiene que ver con la reflexión. Esta energía cósmica, habilita para el pensamiento profundo y reflexivo sobre lo actuado en los seis ciclos anteriores. Es un periodo propicio para comprender los hechos, relacionando vivencias, ideas y analizando circunstancias, desprovisto de todo sentimentalismo. Este ciclo, contrario a los periodos anteriores de mucha acción, es para la introversión, para proyectar, para ver que planes no se cumplieron y porqué; las ideas son lentas pero concretas y profundas.

Es aconsejable no poner en práctica ningún plan, no comenzar ningún tratamiento, no tomar decisiones apresuradas, si hubiera que tomarlas se hará después de analizar muy exhaustivamente antes de decidir. 52 días antes de TU CUMPLEAÑOS no se deben realizar acontecimientos que puedan ser de gran significado para el resto de tu vida, como por ejemplo, casarse, mudarse, conseguir empleo, firmar algún contrato que perdure, en fin, situaciones que puedan quedar definidas por mucho tiempo, porque es un periodo de crisis donde las cosas parecen no fluir."


Yo creí que era el amor, pero resulta que cumplo años el 12 de diciembre (sí, el día de la Virgen de Guadalupe… no, no me llamo Lupita... sí, se aceptan regalos) lo que, de acuerdo con la astrología, explica claramente mi bloqueo creativo y algunas cosas más. Mi cumpleaños número - ejem, ejem – tr…trrrr….treee….treeeinta (glup) se acerca peligrosamente y yo había planeado una gran celebración, con fiesta multitudinaria con sexo, drogas y rock and roll incluidos, pero como me pasa cada año, un mes antes me desanimé y no organicé nada. Amo mi cumpleaños, amo los regalos y amo empezar de esa manera la temporada navideña, pero siempre termina por invadirme el apachurramiento. Ahora sé que es por el ciclo de Saturno.

Pero este año, en lugar de una gran fiesta, tengo planeado hacer todo lo contrario a lo que me indica la astrología. Pues ni modo que me espere a que los planetas se alineen para hacer todo lo que tengo que hacer. Y resulta que alrededor de mi cumpleaños se vislumbran no una, ni dos, sino TRES firmas importantísimas:

La primera representa mi espacio, un lugar al que por fin podré llamar mi hogar. Será el sitio donde muchos sueños se harán realidad y se forjarán nuevos proyectos. Sólo Dios sabe por cuanto tiempo y con cuantas ganas esperé el momento de elegir con quién quiero vivir y en dónde. Afortunadamente esa oportunidad llega justo cuando tengo esa respuesta más clara que nunca, cuando las circunstancias no pueden ser mejores.

La segunda es mi libertad. Aunque de corazón hace mucho que la tengo, no puedo ni podré estar tranquila hasta romper todo lazo que me una a mi oscuro pasado. Quiero ser libre ante el mundo para estar con quien amo. No quiero casarme, pero quiero que sólo dependa de nosotros dos decidir si queremos hacerlo.

Y la tercera es todavía incierta. Representa un año más sentada frente a un escritorio, pero también es el medio que me permitirá salir más pronto de mi encierro y, por fin, hacer lo que amo, lo que verdaderamente me apasiona. Y así estoy, pensando si en realidad quiero lo que todos los demás ansían, el sueño de mis padres, que definitivamente no es el mío. Para los demás es una meta, para mí únicamente un camino.

Mi cumpleaños se aproxima con grandes cambios y que al diablo se vaya la astrología. El año empezó mal y nunca imaginé que terminaría tan perfecto como está. Y estoy segura que el que sigue será mejor, infinitamente mejor.



P.D. En 2008, 6 entradas; en 2009 llevo 48... ¡nada mal!

viernes, noviembre 13, 2009

No se me ocurre un título que no suene a película romántica


Odio a Maná, ¡Oh, sí! De verdad detesto a ese grupete de quinta. No exagero al decir que lo odio: no es que no me guste, no es que me desagrade un poco. No tolero siquiera escuchar unas notas de cualquiera de sus "éxitos". La voz del tal Fher (miren que semejante vejete haciéndose llamar “Fher”, ¿puede existir algo más gay?) es capaz de ponerme de malas en menos de un minuto y sus canciones: “Bla, bla, bla, la sirena, bla, bla, bla, traicionera, bla, bla bla, mariposa, bla, bla, bla, salven a la tierra”, aaaaarghh! Los odié todavía más cuando me enteré que en España la única “música” mexicana que se escucha es la de Maná y la de RBD. No es que tengamos cosas mucho mejores pero, ¿de verdad? Que manera de dejar por los suelos nuestra reputación musical.

Entonces, cuando mi hermano Alan (al que sólo conozco a través del Facebook, pero esa es otra historia) puso en su muro un video de Maná, obviamente despotriqué hasta el cansancio y le dije que era una de las cosas que más odiaba en el mundo. Él tuvo el detalle de cambiar el video por uno de John Lennon (¡Que diferencia!) y de preguntarme: “¿Y cuáles son las otras cosas que odias?”. En respuesta a su solicitud, y dado que hoy ando con un ánimo muy (MUY) sombrío, decidí hacer una lista de cosas que odio. Como dicen los abogados, esto es una lista “enunciativa más no limitativa”, pues no sólo estas 10 cosas odio, ni son las que más odio, ni están en orden; incluso podrían estárseme escapando algunas que REALMENTE odio, pero 10 es un buen número. Veamos:

  1. A Maná. ¿Necesito agregar algo más?

  2. Que la gente respire fuerte. No entiendo cuál es la necesidad de cierta gente de hacer tan evidente que están vivos. Lo sé, los veo caminando o durmiendo en el camión o viendo una película. ¿Por qué esas exhalaciones tan escandalosas por la nariz? De verdad, no lo entiendo y si me topo con una persona que lo hace, me alejo lo más que puedo.

  3. Que los extraños me toquen. Esto incluye: saludar de beso a desconocidos, que me den palmaditas en la espalda y –por favor no lo hagan jamás- que me tomen de la cintura. Soy muy respetuosa del espacio vital de los demás y exijo lo mismo. Vamos, odio hasta que los extraños me hagan plática en el elevador o (peor) en el baño. ¿Qué son esas confiancitas?

  4. Levantarme temprano. ¡Está en mis genes! Nadie de mi familia tolera despertarse temprano; puedo dormirme a la hora que quieras pero ¡por piedad! no me hagas levantarme temprano. Desgraciadamente soy la única de la familia que tiene la necesidad de hacerlo, pero hay un Dios y un día seré millonaria y mi día empezara, como debe ser, a las 11:00 de la mañana.

  5. Dormir con calcetines. No puedo, simplemente no puedo. Por mucho frío que haga, mis piecitos no toleran estar encerrados en el calcetín.

  6. Que me molesten en el cine. Ya saben, patear mi asiento, que suenen los celulares, que alguien esté platicando, que se rían muy fuerte. ¿Quién no lo odia? Pero yo sí tomo cartas en el asunto y soy capaz de denunciar al ser vertebrado responsable de mi molestia para que lo saquen de la sala.

  7. Que cuando pregunto algo, me digan con una sonrisota: “¡no sé!” y levanten los hombros. No hay problema con que no sepan, digo, todo mundo tiene derecho a ignorar cosas, pero ¿por qué el orgullo? ¿por qué la felicidad? Otra cosa que no entiendo.

  8. Llorar. Bueno, supongo que todos odiamos llorar. Simplemente, como ya lo expliqué alguna vez, no me gusta llorar por cosas que no valen la pena. Y cuando lloro por lo que sí lo vale, me cuesta mucho trabajo parar y soy como una Magdalena; la nariz se me pone roja, me duele la panza, el pecho y la cabeza. También lloro de coraje, de impotencia y cuando estoy enferma. Soy chillona, pues.

  9. Los sonidos constantes y repetitivos. Una gotera en el lavabo, un reloj, un ruidito de llaves en el auto, un niño llorando, la alarma de la impresora y, claro, el número 2, me sacan de mis casillas fácilmente. Creo que sí estoy un poco neurótica.

  10. Que no me crean. No espero que mi madre no cuestione mis pretextos para faltar una noche a casa, tampoco espero que mi jefe se quede tan campante cuando 4 días a la semana hay un choque en Tlalpan que me hizo llegar tarde. Dice Dr. House que todos mienten y yo no soy la excepción. Pero si te miro a los ojos con mi carita de tonta y te digo que soy sincera, espero que me creas. No prometo muchas cosas, pero cuando lo hago, lo hago de corazón y el compromiso no es contigo, es conmigo misma y actúo en consecuencia. Si he jurado que te amo y que eres el único, no hay razón para dudar. El saber que desconfías provoca en mí la cosa que odio No. 8, y cuando eso pasa huyo, porque, como ya lo dije, odio llorar.
Ya se que todos estarán pensando que estoy loca por odiar tantas cosas, pero también me gustan muchas. Ya tendré el tiempo y el ánimo para platicarles sobre eso.


martes, noviembre 10, 2009

Rarezas

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La noche que me envuelve en tus ojos
*************************.*revuelve mis cabellos, me enreda el pensamiento.
El verde de los celos es también el que detiene el tiempo,
*************************************...*el olor que tiene tu cuerpo en mi cuerpo
me pierde.

La sonrisa a la que dio aliento tu abrazo
******************le cuenta al viento de tus pasos, que vienen sobre mí, sin mí, conmigo.
Con el recuerdo húmedo del naranja y blanco del edén
..******.** ¨**¨¨sin ti me quedo, con tu calor quemándome la piel, y en mi almohada

tus sueños.

El milagro que en ti respira,
*************************.*.suspira en las tardes por tu no ausencia, grita
y en la madrugada mi piel te llama,
******************************.*.mi cama te añora, llora tu falta y sin embargo,
te siente.



-AJS-


miércoles, noviembre 04, 2009

De lo sublime a lo ridículo… o viceversa

Hace un par de semanas, los dos mejores amigos de Luisz tuvieron la grandiosa idea de casarse el mismo día (y no entre ellos), lo que nos obligó a hacer malabares para cambiarnos de atuendo y trasladarnos de un extremo a otro de la ciudad y más allá. A pesar de las infracciones de tránsito y la lluvia torrencial que amenazaba con arruinar mi peinado y nuestras buenas intenciones de no fallarle a ninguno de los novios, todo salió de acuerdo a lo planeado. Pudimos presenciar dos veces en un día lo que es considerado (por lo menos en nuestra cultura) como uno de los momentos más importantes en la vida de todo ser humano.

Luisz dice que sólo cuando va a una boda le dan ganas de casarse. A mí no me pasa igual; nunca fue mi sueño dorado pararme vestida de blanco frente a un altar y cuando lo hice (bueno, no frente a un altar pero sí frente a un juez) tampoco fue cosa del otro mundo y tuvo tan malos resultados que no me quedaron ganas de volverlo a experimentar. Sin embargo, compartir la boda de dos personas tan importantes en la vida del hombre que amo me emocionaba, más por el hecho de estar a su lado, ponerme guapísima para él y bailar pegados que por presenciar por duplicado el cumplimiento de un mero requisito social.

La primera boda fue un derroche de elegancia y buen gusto, casi todo estaba exactamente como debía estar, hasta para mí que soy muy exigente. Cada detalle estaba perfectamente cuidado, tal vez fue por eso que todo el tiempo estuve pensando en el dinero que se había gastado en semejante banquete. Puedo decir poco acerca de los novios que, demasiado ocupados cubriendo formalismos y agradeciendo con las mismas frases hechas a los invitados, tuvieron muy poco tiempo para mirarse a los ojos o tomarse las manos.

La segunda boda pintaba desde el principio para ser un total contraste, la advertencia de Luisz sobre ponerme cómoda no me anticipó la escena que estábamos a punto de presenciar. El folclor en su apogeo nos recibió junto con un muy peculiar maestro de ceremonias invitándonos a acompañar a los novios con “lo que es un leve valseo”, seguido por todo rito existente en el catálogo de bodas: la víbora de la mar, el ramo, el liguero, la marcha fúnebre y la nupcial, el pastel, los billetes en la camisa y la chumbia pa' bailar.

Y entre las risas que nos provocaba tanta cosa y el miedo de ser arrastrados al centro del espectáculo, como buenos bloggers comenzamos a imaginar cómo relataríamos este episodio en nuestros respectivos espacios; mi amor me sugería llamar a este post “De lo sublime a lo ridículo”, pero en realidad para mí resultó al revés. Porque en ese sencillo salón en el centro de Texcoco, en medio de “lo que fue un leve valseo”, vi a un hombre enamorado cumpliendo por fin una postergada promesa, a un hijo agradecido por los cuidados de su madre enferma, a una novia conmovida hasta las lagrimas por la carta escrita por el amor de su vida, a un hombre sencillo que quiere a sus amigos cerca en el gran día, que todo lo que tiene, poco o mucho, lo dedica a lo que verdaderamente importa, lo que da frutos.

Y entonces, por un momento, tuve ganas de volver a casarme.

miércoles, octubre 28, 2009

La ciudad del mañana

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Hoy me tocaba escribir en HD-B, pero la página no funcionó, así que para no quedarme con las ganas, les dejo mi escrito, de la serie "más vale tarde que nunca". Apreciaré todas sus críticas y comentarios.

LA CIUDAD DEL MAÑANA

La luz se pone en preventiva, la camioneta de lujo acelera deteniendo de golpe a los peatones que se disponían a cruzar la calle; avanza con el semáforo ya en rojo sólo para detenerse detrás de los coches que esperan en el siguiente alto. Silvia, quien conduce la camioneta, se apresura para llegar a su clase de pilates en el Sports Town; están a punto de acabarse sus 15 minutos de tolerancia y todavía tiene que cambiarse.

Cien metros más adelante, descubrirá lo que detiene su camino: una manifestación de la Asociación contra el Pago Oportuno de Créditos, dónde Felipe hace su “agosto” vendiendo a 50 pesos playeras que le mientan la madre al gobierno. Se quedó sin empleo al ser descubierto acosando a las empleadas del complejo papelero donde trabajó los últimos 15 años. Está a punto de comprar una plaza en la compañía de luz local, había estado esperando esto desde hace años y ahora tiene la oportunidad porque su cuñado Eusebio se ha convertido en delegado sindical. Entre las mentadas de los coches ante la obstrucción del paso, sonríe pensando que por fin le llegó su premio; si todo sale bien, en 5 años se jubilará teniendo como pensión el cien por ciento de su sueldo.

En esa misma esquina Raúl, policía de tránsito, contempla la escena fastidiado. Ha estado desde las 6 de la mañana soplando su silbato y moviendo la mano para apresurar a los autos. Con esta manifestación no se puede detener a nadie y seguro no juntará a tiempo la cuota que le exige el sargento González. Si no descubre algún coche con la calcomanía de verificación vencida, tendrá que quedarse hasta tarde cazando a los despistados que entren en el carril del metrobús, pues mañana su hija Adelaida celebra sus quince años y debe comprarle su regalo y liquidar su deuda con el del sonido, Agustín.

De un microbús atorado dos calles atrás, se ha bajado Carla. Corre para llegar a su trabajo antes de que le pongan retardo. Nunca ha perdido su bono de puntualidad, porque su amiga Erica tiene su credencial para pasarla por el controlador cuando ella decide tomarse un poco más de tiempo para desayunar; pero ayer, en su prisa por escapar de la oficina temprano para llegar a su cita con Gonzalo, el de la copiadora, olvidó dejársela. En dos minutos más, tendrá que subir cinco centímetros su falda y humillarse ante el jefe, inventándose un pariente enfermo o un muerto en el metro para poder convencerlo de que le informe a Recursos Humanos que su llegada tarde fue por un asunto oficial.

Desde la ventana de su oficina en el piso 11 de la Torre Norte de Plaza Burocracia, Mariano observa el caos ocasionado por la manifestación. Trata de imaginar la historia detrás de cada una de las personas que se encuentran abajo, de quienes no alcanza a ver el rostro. Regresa a su escritorio y sonríe tristemente mientras contempla las fotografías de sus hijos y su esposa Daniela. La vida ha sido buena con él, tiene una hermosa familia, una casa enorme y el trabajo que todos desearían en el gobierno de La Ciudad del Mañana.

Sabe que debería estar preparando la reunión con el Sub-Secretario de Asuntos sin Importancia, pero hoy es uno de esos días en los que no puede concentrarse en el trabajo recordando esa tarde en que tomó la decisión que definió su destino; irse o quedarse.

La respuesta era obvia para el resto de la gente, pero no para él, no sabía cuál sería la opción menos cobarde. Recién casado, tratando de darle a Daniela todo lo que merecía y buscando la felicidad para los dos, decidió renunciar a sus sueños y venderle su alma al diablo; no es que ella se lo haya pedido, al contrario, lo hubiera apoyado incondicionalmente si hubiera mandado todo al carajo, pero ni eso lo hizo cambiar el rumbo.

Han pasado casi 15 años desde esa tarde y hoy, en lugar de estar escribiendo un libro, firma el destino de cientos de hombres en un oficio, asiente silencioso ante las órdenes del grupo de poder en turno y en la tinta de cada rúbrica se van sus valores y su idealismo. Cuando llegan días como estos en que no puede dejar de pensar en lo que hubiera sido, se convence de que nada está perdido, que solo es cuestión de tiempo para tomar el camino que soñó, que sólo falta un poco de dinero, un poco de valor, para por fin hacer lo que le dicta el corazón. Quiere creer que su país, tarde o temprano, verá crecer ciudadanos los suficientemente valientes como para cambiar su situación; entonces él podrá justificar su huída.

Con esa esperanza en los ojos se levanta de su silla y se pone el saco, un ligero dolor en el pecho lo ha estado molestando los últimos días, espera tener tiempo esta semana para ir al doctor.

Afuera, la manifestación comienza a disolverse.


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martes, octubre 13, 2009

Mi cómplice

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En el colmo de la añoranza, a veces llega la inspiración a consolarnos...

Mi cómplice,
mi risa contagiosa, mi escapada,
mi desayuno, mi dulce bocado;
me faltas…

El detalle sincero, la lágrima,
el espionaje, la coartada,
los celos tontos, la mirada;
me sobra el mundo sin ti…

La sabiduría del silencio se acaba,
la brevedad del deseo se desvanece,
la suave luz de la esperanza se escapa,
la sensatez resulta inútil
si tu locura no me envuelve.

Mi cómplice,
me faltas…

AJS
Berna, Suiza, octubre de 2009


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miércoles, octubre 07, 2009

Cosquillas en los pies

Correr para trabajar,

trabajar para ganar,

ganar para olvidar

todo lo que se ha perdido



Y corría y corría... detrás de un jefe, detrás de un hombre, detrás de un sueño.


"Cosquillas en los pies", le llamé después (verso sin esfuerzo). Todo mi trabajo y mi dinero destinado a un objetivo: correr. Correr a otros países, conocer otros mundos, contarme nuevos cuentos. Sin pensarlo dos veces, a la menor oportunidad, cambiaba mis pocos pesos por euros o dólares y emprendía el vuelo, nada de llantos en el aeropuerto. Al regresar, me esperaba ansioso mi próximo plan para salir corriendo.


El pretexto era siempre el mismo, pero los motivos eran varios: la soledad, la necesidad de encontrar lo que fuera que estuviera buscando, huir de mi realidad, la esperanza de regresar por fin al planeta del que me habían sacado. Encontré amigos, destrocé montones de sueños, me reí y lloré por dentro. Manejé también muchos kilómetros y le canté canciones al viento, siempre sola, con mi ipod como el mejor compañero.


Así descubrí las ciudades de mis sueños, de eso no me quejo. Sin embargo, siempre que me enamoré de un lugar prometí volver de nuevo, con la persona con la que pudiera compartir cada descubrimiento, sentirme libre sin sentirme sola, el cómplice de mis sueños. No había cumplido mi promesa, hasta hoy.


Y aunque no pudo venir conmigo, estuvo en cada uno de mis pasos, lo llevé en mis ojos y vivió conmigo las maravillas que me encontré. Y entre la tristeza de no tener sus besos, sonrío porque sé que viajo sola por última vez y alguien me esperará con ansia en el aeropuerto.


Sigo teniendo cosquillas en los pies y seguramente a la menor provocación correremos, pero nunca será detrás de algo, ni huyendo de quién-sabe-qué. Correremos juntos por el mero placer de correr.



sábado, septiembre 26, 2009

El diagnóstico de la perfección

Nos enamoramos en tiempo record y jamás lo cuestionamos (o sí, pero bonito), hemos pasado 2 meses y medio juntos en una especie de burbuja perfecta alterada solo 2 que 3 problemillas mínimos, originados más por miedillo a sentir lo que estamos sintiendo que por diferencias reales. Hace unas semanas nos preguntábamos muy objetivamente cuáles serían las razones por las que podríamos en un futuro terminar y nos quedamos callados.

(Aquí levanten la mano los que pensaron: "AJAAA! pero eso es a los dos meses, ya veremos a los dos años", o "creo que van muy rápido" -mamá y mejor amiga, pueden bajarla-.)
Y después de esos dos meses en esa especie de burbuja perfecta, ayer osamos analizar de dónde demonios sale tanta perfección. Y digo osamos pues tal vez sería mejor sólo disfrutarlo y no cuestionarlo demasiado ¿o no? Pues no. Encontramos cosas maravillosas en nuestro análisis y por eso quiero dejar asentadas las conclusiones de la investigación:

  1. Por primera vez para los dos, no hay uno que ame más que el otro. Ninguno se siente en ventaja o desventaja ni siente estar entregando de más. Nos damos todo, sin reservas, y sabemos que es exactamente lo mismo que el otro da.
  2. Somos sinceros. No estamos pretendiendo ser algo que no somos ni ocultando esqueletos en el ropero. Nos asumimos como seres humanos llenos de defectos y no los negamos ni los escondemos. Simplemente nos queremos como somos, con todo lo malo y bueno.
  3. Creemos. A ciegas y contra todo pronóstico, creemos. Nos vale sorbete lo que nos digan, tenemos fe en lo que sentimos y confiamos plenamente en que alcanzaremos los sueños compartidos. Y aunque a veces tenemos miedo, no es del miedo que hace correr, sino el que nos hace abrazarnos y seguir caminando.
  4. Queremos merecernos. No nos damos por hecho, el otro nos hace ser mejores, nos hace querer crecer en todos los aspectos. Queremos darnos lo mejor y nunca competiremos, pues trabajamos por el mismo premio.
  5. Sabemos que lo hemos encontrado todo. En cualquier lugar, cualquiera de los dos podría encontrarse un mejor amigo, un mejor novio, un mejor amante o un mejor compañero. Pero no encontraremos a alguien que sea todo eso al mismo tiempo, pues ya lo tenemos. Y ninguno de los dos quiere arriesgarse a perderlo.
Más allá de todo esto que ayer nos sorprendió, el amor no tiene explicación alguna. La perfección que hoy nos rodea durará mientras el amor también esté allí; esperamos y creemos que será para siempre pero, aunque hoy no hay nubes en el horizonte, no descuidamos el barco...

lunes, septiembre 21, 2009

Miscelánea

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Un par de cosas, breves pero importantes y sin ninguna metáfora:

1. El ultimátum

Después de una semana muy difícil y de algunos contratiempos en mi agenda, por fin publiqué mi primer relato en HD-B y eso me tiene muy contenta. Los invito a darse una vuelta para leerlo y, si no es mucha molestia, criticarlo despiadadamente, serán bienvenidos y respondidos todos sus comentarios.

2. El aniversario

No podía dejar de escribir sobre el día de ayer. Ayer hizo un año de aquel día en que firmé mi renuncia a ser feliz, en que declaré por escrito que el amor con el que alguna vez había soñado no existía, que ya no creía en él. Hace un año me vestí de blanco porque eso era lo que, según yo, debía hacer; porque me daba miedo esperar por lo que realmente merecía y simplemente me conformé.

En otras circunstancias y de no haber tenido el valor de salir corriendo, seguramente ayer hubiera sido una celebración tradicional, con cena y flores, con sonrisas falsas, tratando de ignorar las cosas que no funcionaban ni funcionarían jamás. Sería la celebración de dos extraños pretendiendo conocerse y amarse.

En cambio, ayer me miraba en los ojos [verdes, hermosos] del amor de mi vida y me vi tal como soy. Me vi feliz, resplandeciente y segura del camino que quiero seguir y de la mano de quién quiero caminarlo. No fue fácil desafiar a los convencionalismos y a lo que la gente esperaba de mí, sigue sin serlo, pero no tengo duda de que es lo mejor que he hecho y ha valido la pena.

La felicidad no tiene tiempos ni plazos, llega cuando menos lo esperamos y lo único que nos pide a cambio es paciencia; y, aunque a veces la perdamos, siempre existe una manera de rectificar el camino, de volver al hogar.

And here we go!




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miércoles, septiembre 09, 2009

In my life (Parte I)

"There are places I'll remember
all my life though some have changed;
some forever not for better,
some have gone and some remain
"


Los gritos parecían perderse entre las notas de “All you need is love”. Sentada en el piso, muy pegada a la bocina de un estéreo entonces moderno escuchaba a cada uno de los instrumentos cooperando para crear la melodía capaz de calmar mi angustia por lo de siempre: gritos, peleas y furia.


Una “Caja de los Beatles” de Selecciones del Reader’s Digest y un par de LP’s color azul y rojo, con las letras de las canciones en la funda, fueron mi música infantil. Sin entender las letras, cantaba y sin comprender las canciones, las sentía. La tristeza profunda de aquel niño perdiendo a su padre en “Hey Jude”, el grito de auxilio de “Help” y la invitación a fugarme con esos cuatro locos al mundo de “Strawberry Fields Forever”. Los gritos y las peleas seguían, yo abrazaba con fuerza mis piernas y me concentraba en la música, escapando en un submarino amarillo de lo que me hacía daño.

Y mientras más crecía, más apreciaba la música que me devolvía a un hogar que no tenía, que nunca tuve, pero que “Golden Slumbers” me enseñó a buscar sin tregua, haciéndome confiar en que de alguna manera llegaría si soñaba lo suficiente. Siempre que alguien gritó, estuvieron John, Paul, George y Ringo para asegurarme que todo estaría bien con “Here comes the sun”.

Y a pesar de ser el autor de los gritos, no culpo a mi padre, pues me dio con esos discos el poder de cambiar mi mundo, de transformar con música mis pesadillas en sueños y de no rendirme en la búsqueda de mi hogar aunque el camino fuera largo y sinuoso. Y qué decir de los Fab 4, nunca se fueron, siguieron tocando el soundtrack de mi vida hasta hoy… pero lo que sigue es otra historia y deberá ser contada en otro momento.





jueves, septiembre 03, 2009

Viviendo en Oz

"So if you care to find me
Look to the western sky!
As someone told me lately:
Everyone deserves the chance to fly!"


A pesar de que no son de mi especial gusto los musicales, hay uno que he visto mil veces (bueno, un poco menos), tengo el soundtrack, 20 souvenirs y su personaje principal soy yo. Se llama Wicked y habla sobre los motivos de la bruja malvada del oeste del Mago de Oz para volverse “malvada”.

En fin, Elphaba (sí), la que hasta el final del primer año no es más que una chica común y corriente (bueno, ni tan común ni tan corriente pues es verde), un poco tímida e introvertida pero sumamente inteligente, se convierte –a juicio de los ciudadanos de Oz- en un ser malvado al que hay que destruir porque se percatan de que piensa diferente a ellos. Sin embargo, no es ahí sino hasta casi el final de la obra cuando, después de saberse enamorada del prometido de su mejor amiga, Elphaba dice: "It´s just....for the first time, I feel wicked". Curiosamente, es cuando decide hacer lo que le dicta su corazón.

¿Cuándo se puede llamar a alguien malvado? ¿Cuando planea hacer algo malo por el simple hecho de herir o cuando aún sin querer pero siguiendo a su corazón (o a sus instintos, da igual) hace cosas que hieren a los demás y que podrían considerarse malvadas? ¿Lo que importa es el juicio emitido por los demás o lo que nos hacen sentir nuestros actos?

Hoy, soy malvada para muchos simplemente porque soy feliz. El amor no vende, dicen por ahí, pero no quiero venderle nada a nadie, quiero ser yo misma y por primera vez en muchos años, me descubro viviendo cada día sin preparar un guión. Si eso me hace malvada, pues que así sea, bienvenidos a una nueva versión de “El Mago de Oz”.

"And nobody in, all of Oz.
No Wizard that there is or was.
Is ever gonna bring me down!
"


martes, agosto 25, 2009

Yo me entendí...


“The highest as the lowest form of criticism is a mode of autobiography.
Those who find ugly meanings in beautiful things are corrupt without being charming.
This is a fault. Those who find beautiful meanings in beautiful things are the cultivated.
For these there is hope. They are the elect to whom beautiful things mean only beauty.”
Oscar Wilde, “El Retrato de Dorian Gray”


“Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes…” dice Wilde, apenas en el prefacio de una de sus grandes obras. Por cierto, siempre llamó mi atención que en la versión en español no se tradujera “charming” como “encantadores”, sino como “elegantes”. No sé si sea correcto, pero me gusta, me gusta mucho que se interprete la elegancia como encanto, sobre todo porque una de las definiciones de elegancia es “forma bella de expresar los pensamientos”.


Pero no pretendo con este post analizar la traducción de las obras de Wilde, la verdad es que esta frase llegó milagrosamente a mi buró cuando me estaban haciendo falta palabras para escribir lo que rondaba mi cabeza desde hace unos cuantos días y, aunque la cita se refiere principalmente a la percepción de la belleza en el arte y a la crítica del mismo, creo que no puede venirle mejor a lo que quiero decir.


Y de lo que hoy quiero hablar es precisamente de los significados. Los significados que creamos, que compramos y hasta que robamos. Aquellos que queremos ver en los actos de otros o en momentos y circunstancias, influenciados por nuestro contexto. ¿Cuántas veces el miedo nos ha hecho presentir en un desconocido una intención malvada, cuando él solo quería cruzar la calle? o, ¿cuántas veces hemos interpretado la risa como burla, los besos profanos como amor, el olvido como debilidad o un acto de amor como uno de venganza?


Los actos de un corazón ajeno al nuestro no pueden ser sino interpretados de acuerdo con lo que nos hacen sentir, y los significados que en ellos encontremos, más que reflejar la realidad de los hechos, nos reflejan a nosotros mismos. Las cosas bellas como el arte, la amistad o el amor, sólo encierran la verdad del creador, una verdad que, por más que lo intentemos, nunca podremos conocer, sino solo interpretar de acuerdo con nuestros propios sentimientos. Expresar esa interpretación como verdad absoluta, solo refleja la soberbia del que juzga.


Tratar de encontrar significados ruines en algo bello no solo revela la pobreza de espíritu de la persona que juzga; de acuerdo con Wilde, también es poco elegante…


lunes, agosto 17, 2009

De la interpretación de los sueños...

"...oh my dreams
it's never quite as it seems
cause you're a dream to me"


Yuyú decía que siempre que soñaba con agua, lloraba; mi pshtt dice que le pasa lo mismo. Yo nunca recuerdo mis sueños y cuando lo hago, no me he ocupado de traducir las señales que podría estarme mandando mi subconsciente. El viernes soñé con agua, no recuerdo bien qué, pero había agua. Y este fin de semana lloré mucho, con verdadera tristeza. Pero también me reí como nunca y pasé algunos de los mejores momentos de mi vida (onomatopeya de mordida).

Después de tanto llorar, cuando al fin pude cerrar los ojos por un momento, soñé que estaba frente a un tanque de oxigeno (no, no de gas, de oxigeno) a punto de estallar y, a pesar de saber que estaba en peligro, no sentía ningún miedo o angustía, ni me movía. Cuando desperté, interpreté de inmediato ese sueño como un mal presagio para lo que hasta esa noche había sido perfecto; sin embargo, después me di cuenta de que Yuyú nunca me dijo cual era la señal para un día feliz y decidí correr el riesgo. Y llegó el día feliz, compensando todo el sufrimiento de la noche anterior.

Pero yo sigo sin saber si es verdad eso de soñar agua, tampoco sé que significa el tanque a punto de estallar o lo que debo de soñar para tener un día feliz... ¿algún Freud por ahí que quiera ayudarme? Todavía tengo miedo de que me estalle un tanque de oxigeno en la nariz.
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viernes, agosto 14, 2009

Experimiento Social



"Bartender, please fill one up for me
Of the kind you gave Jesus,
that set him free after three days down."


Dos ejemplos que ilustran mi último experimiento social:

ejemplo 1:

Sin alcohol...
Callado, tímido y amable, su vida gira en torno al trabajo, no tiene demasiados amigos y vive con su madre. Come siempre solo y se queda en la oficina hasta muy tarde. Cualquier cosa lo sonroja y no habla de su vida privada con nadie.

Con alcohol...
Simpático y cantador, hasta que toma demasiado y se pone insoportable. Pretende ligar de la manera más desagradable y es grosero con las mujeres a las que aborda. Busca pelear por cualquier cosa, paga cuentas y se niega a marcharse. Insiste en llevarse su coche y aunque ya no puede ni hablar, no deja de tomar.

ejemplo 2:

Sin alcohol...
Jefa y subordinado, excelente equipo de trabajo, amigos y compañeros de triatlón. Las familias de ambos se reúnen en Valle de Bravo para practicar nado. Él tiene dos niñas, ella dos niños, tal vez algún día sean consuegros. Hoy dejan de trabajar juntos, ella va a sentir mucho la ausencia de un elemento tan valioso, él va a extrañar el que fue su trabajo por 13 años, que deja por una oportunidad mejor.

Con alcohol...
A ella se le llenan los ojos de lágrimas cada que habla de su partida, sus miradas se encuentran frecuentemente entre el bullicio de la comida de despedida. Más tarde, él la mira a los ojos y la abraza sin decir nada, también se le arrasan los ojos. Sus manos se encuentran debajo de la mesa. En medio de la cena ella no niega lo que siente, pero tampoco lo acepta, aunque lo hace evidente. Él trata de guardar la compostura, pero sus sentimientos y el alcohol lo pierden.


Suelo estar sobria mientras los demás se emborrachan, no es mi intención aprovecharme, pero me gusta observarlos desde mi cómoda posición. Y ha sido a través de esa observación que he llegado a la conclusión de no tomar frente a alguien que no sea de mi total confianza, pues no me gustaría estar así de borracha sin saber qué tantas cosas revelaría mi versión Con alcohol...




lunes, agosto 10, 2009

Yuyú


"Perdona que entre sin llamar,
no es esta la hora y menos el lugar,
tenía que contarte
que en el cielo no se está tan mal..."

Hace 5 años manejaba hacía mi casa escuchando la radio, sin poner atención a la programación. No estaba siendo un buen año y los últimos días se habían puesto peor. Yuyú se había ido y aunque habían ya pasado días desde la última vez que la vi, y meses desde la última vez que la vi bien, apenas empezaba a asimilar su partida. En su funeral no hubo llanto, solo risas y recuerdos de lo que había sido su vida, de todo lo que nos había legado. Después, entre todos los problemas que me caían encima, tampoco había tenido tiempo ni valor para llorar. De pronto, detenida en el tráfico, la canción que sonaba en la radio llamó mi atención.

"Y cuando me marche estará
mi vida en la tierra en paz,
yo solo quería despedirme,
darte un beso y verte una vez más..."

Yuyú no era una abuela normal; nunca le llamé abuela, mucho menos abuelita, simplemente era Yuyú. Ella tenía un apodo y una canción para cada una de sus nietas y nunca estaba de mal humor. De ella salí voluntariosa, rezongona y sarcástica; siempre tenía una respuesta perfecta para todo y nunca se quedaba callada. Fue la persona más buena y caritativa del mundo, pero se escondía muy bien detrás de su cinismo. Yo la admiraba a ella y ella me admiraba a mí, me creía perfecta. Me presumía con sus amigas y nunca se le pasó por la cabeza que no llegara a ser lo que esperaba de mí.

"Promete que serás feliz, te ponías tan guapa al reír;
y así, solo así quiero recordarte..."

Gracias a ese mensaje, que le habrá costado sobornar a quién sabe cuantos ángeles, tuve el valor de levantarme del desastre que yo misma había construido a mi alrededor, ese desastre del cual ella nunca supo. Gracias a ella cada vez que siento incumplida la promesa que le hice ese día entre lágrimas guardadas largamente, he tenido el coraje de volver a empezar una y otra vez, de quitar de mi camino lo que me impida cumplir con el destino que Dios le dijo al oído que era para mí.

"vida mía, ahora te toca a ti, solo a ti, seguir nuestro viaje..."

Yuyú me regaló con una canción la convicción de que podía ser lo que hoy soy. Y a 5 años de su adiós, puedo decirle que he seguido con nuestro viaje, que he cumplido con mi promesa, que he mantenido la fe y hoy soy feliz por las dos.



lunes, agosto 03, 2009

Laberinto de colores

Tu risa o tu zozobra por la niña que grita 

me dicen que no hay mas meta que tu voz, 

me indican que no hay más vida que tu risa,

tu vida me encuentra para darme vida.

No hay lugar a donde huir.

No hay razón para huir.


Has cambiado el brillo de mis ojos,  

has abierto el telón de mi destino,  

has pintado de colores mi laberinto, 

has cubierto mi frío.


Tus sueños me recuerdan todo el tiempo a los míos,

Tus brazos me salvan de mi orgullo y capricho

Nuestros pasos se dirigen al mismo sol

Nuestros corazones tienen el mismo destino.

No hay más miedo.

No hay razón para tenerlo.


Has cambiado el brillo de mis ojos,  

has abierto el telón de mi destino,  

has pintado de colores mi laberinto, 

has cubierto mi frío.




jueves, julio 30, 2009

Del amor y otras quimeras (Parte 1)

I. París

París lluvioso era un pretexto perfecto para tomar un café y dar rienda suelta a la melancolía. Aunque el pretexto sobraba, ya que este sentimiento y el café eran huéspedes en su vida y en su cuerpo desde mucho antes de llegar a esta ciudad.

Con un café, esa tarde como tantas otras, invocaba al olvido. Que ironía que fuera entre un café y otro, entre charlas y risas que, como el aroma de esta bebida, se fue metiendo en su alma un amor con el que luchó casi desde el mismo momento en que se dio cuenta de que existía. Habían pasado muchos meses desde aquella tarde y ese amor aún calentaba su cuerpo, vivo como nunca, doloroso como siempre, distante como la tierra que había dejado atrás.

Si decidió poner tierra de por medio fue porque descubrió que la renuncia requeriría mucho más que tiempo. Renunciar a lo que se tiene se sustenta en hechos; es decidir lo correcto. Renunciar a lo imposible es mucho más que eso: es destrozar un sueño.

La tranquilidad que sentía al estar lejos era muy parecida al océano que se interponía entre ella y todo lo amado. A veces se convertía en una ola violenta que le impedía respirar y nublaba su cielo. Aún así sabía que batallar contra la marea no se comparaba con la tormenta que le hubiera significado quedarse.

Dio otro sorbo a su café y encendió un pequeño puro, cediendo así al viejo vicio de recordar su olor, evocar su sonrisa franca, su aliento traicionero. Y esa noche, claro. La noche de la verdad que definió la renuncia y que a la vez le dio aliento para sobrevivir. Tenía dos meses ya sin escuchar su voz y, sin embargo, las palabras pronunciadas esa noche en un susurro temeroso, resonaban en sus oídos como un grito. Cada beso, cada caricia, fueron final sublime de una historia que nunca comenzó. Por primera y única vez se había mirado en sus ojos y aún se debatía entre lamentarse por haber experimentado esa dicha renunciando después a ella, o dar gracias a Dios por el recuerdo más bello de su vida.

Recordó también con exactitud la peculiar manera en que él pronunció su nombre mientras la abrazaba cuando todo había terminado, sonriéndole ella con tristeza y besándolo por última vez. Sabía que trataba de esconder su miedo al futuro y a enfrentarse a la necesidad de decidir. Buscaba ya una solución y ella iba a dársela pues no soportaría perder al hombre del cual se había enamorado; no sería ella quien lo convertiría en un mentiroso y si esperaba un poco lo obligaría a mentir sin remedio. La decisión estaba tomada.

El punzante recuerdo fue interrumpido por un ruido que profanaba su santuario – un local pequeño con música limpia, habitado por caras conocidas y sin voz que, como ella, saboreaban el mejor café que se ha probado arrellanados en un sillón lleno de margaritas -. Era la voz de un hombre completamente empapado que discutía por teléfono exaltado. Levantó la mirada con indiferencia por un instante y trató de volver al libro que leía sin entender. Sin embargo, el sentirse observada le hizo desistir de su empeño y volvió a mirar hacia donde nacía la mirada que insistía en inquietarla. Al verse descubierto, el sujeto sonrío con cinismo. Perturbada, se levantó con prisa y, sin importarle la lluvia que asediaba a la ciudad, salió del café sin volver la vista atrás.

Desde que llegó a París, Sofía agasajaba a la soledad como a su más cercana amiga, en una necesidad que ni aún ella podía entender. Su espacio vital se había agigantado y no se sentía capaz de establecer vínculos de ningún tipo. Incluso la lejanía de sus viejos amigos le resultaba cómoda, no sin cierto remordimiento por brindar tan poca atención a sus llamadas y cartas, que se apilaban en su buró sin ser abiertas en un desesperado pero infructuoso intento por mantener intacta la burbuja que había construido a su alrededor.

Tal vez fue por lo anterior que inicialmente no reconoció su propio nombre en un grito a lo lejos, cuando se acercaba a su banco preferido en la plaza. Sin embargo, la voz que lo pronunciaba perturbó sus sentidos como si la conociera hace años, haciéndola voltear la cabeza extrañada hacia el hombre del café. Detuvo sus pasos para esperarlo preguntándose el por qué de esa intromisión. Vestía un impermeable rojo que trataba inútilmente de cubrirlo de la lluvia y la misma sonrisa cínica de la primera vez, aunque esta vez notó que dicho gesto no era precisamente cínico, sino curioso, como aquel a quien algo le complace sin querer.

Aun sin llegar a donde ella estaba, le mostró triunfante un cuaderno pequeño con forro de piel que ostentaba en la cubierta su nombre. Sofía lo reconoció de inmediato como su único confidente, su desahogo en la soledad que se había recetado y que, evidentemente había olvidado en su prisa por huir de aquel hombre, cuya presencia le perturbaba tanto, como no lo había hecho nada ni nadie en meses. Le dio las gracias apresuradamente, sin saber que decir y contrariada por aquel sentimiento que no lograba describir, solo atinó a darle la espalda para marcharse.


No había dado aún el primer paso cuando sintió una mano tocando su hombro. Se volvió aturdida para pedirle airada que no la tocara cuando él le sonrió otra vez.

Y entonces fue cuando miró sus ojos.



martes, julio 28, 2009

El Dios de Sabines

A mi me gusta, a mi me encanta Dios.

Que Dios bendiga a Dios.
-Jaime Sabines-


A mi me gusta el Dios de Sabines. Ese Dios que entiende que no hay bien sin mal, ese viejo magnífico que se ríe de nuestros prejuicios y de la idea loca que tenemos de Él. Y es que el Dios de Sabines se parece mucho al mío.

 

El Dios que yo conozco nunca ha sido tibio. No me juzga por cosas sin sentido. El Dios que conozco y al que le creo no le preocupa lo mismo que a nosotros, no se preocupa, de hecho. El Dios que descubrí en el viento es capaz de darme todo si tengo la humildad de escuchar atentamente a la voz que Él mismo puso en mis adentros.

 

Mi Dios no se esconde en las iglesias, ni en los rezos, ni en libros viejos. Mi Dios está en cada lágrima, en cada recuerdo, en cada buen presentimiento. El Dios que yo conozco me da siempre lo que no quiero porque sabe que lo necesito y me quita lo que menos espero y, aunque pataleo, no tardo en comprenderlo. El Dios que vive en mi calle jamás me ha castigado y, si me caigo, se burla de mí un poco, mueve la cabeza diciendo “te lo dije”, me ayuda a levantarme y me sacude el polvo.

 

No sé si mi Dios sea el mismo que el de Sabines, no se si le dé la gana ser un mismo Dios para todos… me cae bien creer que ahí está. Eso es todo. 



jueves, julio 23, 2009

Te invito a comer uvas esta tarde...

(Te invito a comer uvas esta tarde, o a tomar café, si llueve,

y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)

-Jaime Sabines-


Camina entre la gente, levanta la vista. Estoy de pie frente al resto de tu vida. No tengas miedo de buscar mi mirada y sonreír, yo también estoy asustada y ansiosa de verte. La vida nos ha dado duras lecciones, el tiempo no ha sido nuestro amigo, pero tal parece que hoy se pone de nuestro lado y nos apresura el paso para encontrarnos.


Imagina que no soy lo que estás viendo. Piénsame más allá de lo que muestro. Porque la vida es una puesta en escena que hemos escrito, que dirigimos, que actuamos. Encuentra en cada risa, una lágrima; en cada lágrima, un motivo; en cada paso, un camino. Sé que serás capaz de ver que detrás de un hermoso escenario, de la maestría en la interpretación, de la dirección perfecta, del conmovedor argumento, se encuentra la belleza de lo perfectible, lo sublime de la indefensión, el milagro de lo etéreo.


Olvida lo aprendido, de nada te serviría. No hay reglas, no hay teoría. Descubre tu presente y tu futuro como si fueras un niño; cree, siente, confía, apuesta. Toma mi mano y no me dejes correr, seguramente en algún momento lo intentaré, pero es solo la costumbre, la inercia, el fantasma de la mentira.


Aquí estás, te reconozco. Sé que un nuevo sueño se dibuja en tu risa y que podré leer el futuro en tus ojos. Cumple mi fantasía, despeina mi cabello, rompe mis barreras, marca la piel de mi cuello. Contigo yo haré lo propio. Juguemos a esperarlo todo.



martes, julio 14, 2009

Inesperado

Creías que estabas bien, tranquilo, feliz tal vez…


Jurabas que tenías todo lo que podías tener, te convenciste de que estabas de pie. Y de pronto, algo toca tu hombro, voltea tu rostro, cambia tu cara, te indispone... y tú lo dejas, porque no puedes mas que recibir esa embestida que no esperabas, que ni siquiera veías venir.  El retrato hablado de una escena, la justificación de una ausencia y, tal vez, comienza una historia… perfecta.


Y se acabó el confort, la paz... solo hay un torbellino dentro del cual te dejas llevar, una fuerza que te empuja, que te aviva. No hay tibieza en tu horizonte, vives deslizándote entre un extremo y otro de tus emociones. Y entonces te sientes vivo...por fin.



miércoles, julio 08, 2009

Te espero

Te espero dentro de la esfera de lo imposible

con sueños agonizantes y promesas rotas.

Te espero con la nostalgia doblegada

encerrada en la ciudad donde no existe el rosa.

 

Te espero a pesar de cualquier pronóstico,

apostando todo contra la estadística.

Te espero sin garantía, sin reserva,

Camino sin red a través de la vida.

 

Te espero esperando que esperes también,

mirando atenta la calle lluviosa y fría.

Te creo sin conocerte e inexplicablemente sé

que vendrás, no importa el día.



lunes, julio 06, 2009

Reencuentro

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La noche transcurría entre risas, martinis y vino tinto cosecha 2007. Viejos amigos pero más viejos los recuerdos que acaparaban la charla; 10 años sin verse no son cualquier cosa, pero en realidad no parecía que hubieramos cambiado demasiado. Mientras avanzaba la noche, poco a poco fui recordando a la niña de 19 años perdidamente enamorada del único ausente en el reencuentro, aquella que se escapaba de su casa con tal de darle un beso, la que juraba conocerlo mejor que a nadie, la que creía a ciegas en lo eterno.


Luego vinieron las actualizaciones, el recuento de los amores que se fueron, la crónica de las decepciones y los consejos. Cuando mi turno llegó, conté a grandes rasgos mi historia, no sin un toque de humor negro. Como era de esperarse, recibí halagos por mi coraje y valor, por la firmeza en mis decisiones, por no tener miedo.


Y como dice Sabina, "los clientes del bar, uno a uno, se fueron marchando". La mesa donde me encontraba fue quedándose vacía salvo por el amigo que empezó todo quien, después de platicar conmigo un poco, me miró a los ojos y sin mediar ningún aviso preguntó:


"¿Te lastimaron mucho?"


No hubo humor negro ante esa pregunta brutal. Lentamente asentí mientras bajaba la cabeza sintiendo como, por primera vez en meses, mis ojos se llenaban de agua. Nadie me había preguntado eso; soy una actriz extraordinaria. El amigo me abrazó en silencio y lloré porque supe que algo perdió esa niña de 19 años que él conoció, lloré por la mujer de hoy que ya no cree en lo eterno, y el amor es de lo único de lo que se escapa.


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miércoles, julio 01, 2009

New York

Mira sus manos distraída, pensando en que debió arreglarse las uñas antes de salir o, por lo menos dejar de mordérselas para que tuvieran un aspecto menos lamentable. Escucha la voz impersonal en el altavoz anunciando el abordaje, mira la fila formarse y evita mirar el reloj leyendo un libro sin entenderlo.


Segunda llamada. Un hombre llega apresurado, ella lo mira con fugaz interés y regresa al libro. “Un minuto más”, piensa y sonríe mirando su pase de abordar. Cruza las piernas y juega con su pelo delatando su impaciencia. Suspira y trata de concentrarse en la lectura.


El minuto ha pasado…guarda el libro y toma su abrigo disponiéndose a abordar. Una última mirada al pasillo y, de repente, ahí está. Un clavel rojo en la solapa, gafas obscuras y un andar sin prisas a juego con una sonrisa burlona. Tan él mismo. Descubre por fin sus ojos y la mira con curiosidad mientras ella le sonríe divertida.

Angel eyes, that old Devil sent

they glow unbearably bright

Need I say that my love's misspent?

misspent with angel eyes tonight


Se dirigen al avión sin hablar. Hay tanto que decir, tanto que conocer,
pero no hay prisa… el viaje apenas está por comenzar…

[tu turno…]



lunes, junio 22, 2009

Solo Sexo

Sexo. No me da pena ni peco de presumida al decir que soy muy buena en eso. No lo creo, me lo han dicho. Creo que soy buena porque lo disfruto. Creo que lo disfruto porque lo siento natural, como una parte de mi personalidad. Y ahí está la palabra clave: una parte.

No puede ni podría llegar a ser solo sexo. No me asusta ni me incomoda la falta de amor, ni el contexto; simplemente no puedo dar solo una parte de lo que soy y, créeme, soy mucho más que eso. Te mentiría si te dijera que en este momento busco amores eternos, pero también lo haría si te dijera que mi concepto de pasármela bien es una cita en un hotel con el cronómetro corriendo. 

Cada día descubro algo más de mi que me encanta y no quiero que te niegues a conocerlo, no quiero que cierres las posibilidades de un encuentro con algo más que mi cuerpo, tal vez podría gustarte lo que encuentres, tal vez a mi también me guste lo que encuentre... aunque tal vez, solo tal vez, termine siendo solo sexo.



lunes, junio 08, 2009

Mil preguntas

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¿Cuánto es tiempo adecuado para dejarse caer en unos brazos?
¿Existe un justo medio entre perder el respeto del contrario y perder al contrario por dejar pasar en vano el tiempo?
¿Significa solamente deseo una mirada de deseo a los pocos minutos de conocernos?
¿Le hago caso a mi mamá y me hago del rogar cuando solo quiero besarlo?
¿Cómo puede alguien tener una mirada tan asesina, tan desconcertante?
¿Dónde quedaron mis buenos modales?

¿Cómo puedo estar diciéndole estas cosas a tan pocas horas de saber de su existencia?
¿Qué queda por delante cuando no existe más distancia por acortar?


¿Le creo que el tiempo no es relevante?


Todas esas preguntas y más rondaban por mi cabeza esa tarde... y siguen rondando, pero para responderlas creo que ya es demasiado tarde.




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miércoles, junio 03, 2009

Cuento de hadas

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El único príncipe que he conocido no era azul, sino del color de una persona cualquiera; tampoco cargaba una espada y un escudo, sino una guitarra y un libro y no usaba armadura. El único príncipe que ha demostrado serlo no peleó por mi con dragones, peleó conmigo por hacerme entender la vida, por hacerme reconocer mi valor.


El príncipe del que les cuento no me llevó a su vivir a su castillo, en cambio, redecoró para mi el mundo. Me cantó canciones que no eran para mi y me mostró sueños que no me correspondían pero, eso sí, nunca me dijo mentiras. Demostró su linaje con ojos sinceros y sin promesas y, más allá de ponerle "FIN" al cuento, me enseñó que el principio de mi vida estaba por llegar.


Yo amé a ese príncipe como a ningún otro, pero él más allá de amarme me respetó; en vez de llamarme "amor mío" por compromiso, me miró a los ojos y me dijo lo maravillosa que soy. El príncipe no era "mi príncipe", él me demostró que los príncipes no existen. Existe gente buena, sobre toda esa gente está él. Él me enseñó a tener paciencia, él me dio lecciones que me hicieron crecer.


El príncipe que no es príncipe hace unos días caminó hacia el altar con su princesa y, contrario a lo que puedan pensar, en mi corazón no hubo tristeza, sino una profunda emoción por lo que vendrá.



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lunes, junio 01, 2009

Anna Paula

No puedo decir que me devuelves la fe en la vida porque nunca la he perdido...simplemente la iluminas. Me asombras tanto que no puedo creer que estás, no puedo creer tanta belleza. Me haces sentir tan importante cuando me miras y provoco en tí una sonrisa, cuando me tocas la cara con tus manitas mojadas, descubriendo algo nuevo con cada mirada, cuando gritas mi nombre muy a tu manera o te refugias en mis brazos de lo que te espanta...

Me dan ganas de pintar el mundo para que sea más bonito cuando crezcas, me dan ganas de quedarme siempre mirando tu risa, tu juego en el agua, tus hermosos ojos, tu apresurada marcha por el mundo. Quiero aprender de tu valentía, de tu alegría, de tu franqueza al reír.

Anna Paula, eres un milagro, que nunca nadie te haga olvidarlo.


miércoles, mayo 27, 2009

Catarsis

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Es un pendejo.


(Si, PUNTO)


Basta de sentimentalismos baratos y odas a la nostalgia. Basta de buscarle justificación a sus actos y de perdonar porque "eso es lo que engrandece el alma". Es un pendejo. Es la única razón. Y yo soy más pendeja por creerle más de media palabra, por dejarme envolver por sus guarradas, por su sonrisa falsa. Soy una pendeja porque todavía no sé de donde saqué el valor para besarlo la primera vez cuando lo único que me provocaba era asco, pendeja porque dejé que ese asco, no sé de que forma, se convirtiera en amor.


A mi lo pendeja ya se me quitó, hoy veo su horrendo rostro tal y como es y, una vez más, no me provoca más que asco. Pero él será un pendejo por el resto de su vida, un pendejo acomplejado, ignorante y mediocre, pero no solo eso: ahora es mucho más pendejo, porque me perdió.



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martes, mayo 26, 2009

I could be your worst mistake

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En el colmo del aburrimiento, veía "Final Destination 3" cuando me acordé...




"I could be your worst mistake"

Era la frase estampada en la playera naranja que tanto te gustaba...y cada que la leía en tu pecho me preguntaba que tan cierto sería ese presagio... hoy ya tengo la respuesta.





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jueves, mayo 21, 2009

Ni una lágrima

"Mi llanto, que antes te habría perseguido
hasta el mismo fin del mundo
hoy no quizo ni intentar
ni una lágrima por tí o por tu recuerdo
porque ya no eres razón para llorar"
Abel Velazquez "El mago"

Recuerdo las palabras de mi madre, las mismas que habrán escuchado tantos al llorar sin motivo: "te voy a dar una nalgada para que llores con razón". Y aunque puede hacerme gracia esa frase tantas veces escuchada, si reflexiono un poco creo que mis razones para llorar son pocas; mi vida ha dado muchas vueltas y se encuentra un poco revuelta, pero definitivamente debajo del desorden se encuentra lo que por tanto tiempo y con tan poco tino había estado buscando. Y mientras acomodo cada cosa en su cajón, descubro que estoy donde quiero estar y haciendo lo que quiero, que no he perdido nada que no pueda recuperar y que, sobre todo, no me he perdido a mi misma en este proceso; todo lo demás, sinceramente es lo de menos.

Hoy sonrío cada vez más frecuentemente simplemente porque sí y las ganas de llorar las guardo para mi sesión semanal. Por fin entiendo la lección que quiso enseñarme mi madre con su trillada amenaza: en adelante guardaré mis lágrimas para aquello que las valga. Y de esta manera entendí que perderte a ti, después de todo, no es suficiente razón para llorar.




Concurso "Te cuento el final"

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En este post quiero dar las gracias a Blonda por tener la iniciativa de organizar por medio de su blog un concurso que consistía en ponerle final a una historia. Nunca había participado en estas cosas y por eso quiero expresarles mi felicidad por obtener un fabuloso cuarto lugar que para mi es como si fuera el primero. Si quieren leerlo, pueden encontrarlo aquí, es el cuento número 9.
Gracias a todos los que votaron por mi cuento e incluso a los que se tomaron la molestia de leerlo; en especial, gracias a Zappa que me hizo saber que votó por mí...


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lunes, mayo 18, 2009

No te salves (Mario Benedetti, 1920-2009)

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Lo extrañaremos, Don Mario... y en lo que nos encontramos, salúdeme a Sabines...